Senador, “cuando usted habló y cuando usted habla yo lo respeto. Tenga tantita decencia de respetarme. Lo respeto siempre. Tenga tantita decencia”, espetó el morenista Ricardo Monreal al panista José Alfredo Botello, quien desde su escaño reprochaba por qué a Monreal siempre le dan todo el tiempo que quiere en tribuna.

Botello, senador por Querétaro, mantuvo su reproche, pero se puso de pie para aventarle un beso a Monreal, quien visiblemente molesto, se quejó.

Es que no se puede debatir con seriedad cuando está el hígado y cuando está la actitud facciosa. Y todo con el propósito de llevar agua a su molino. No se puede dialogar, deliberar y debatir con altura, con intervenciones groseras”, expresó Monreal, quien ayer rompió su característico estilo conciliador para mostrar un lado más radicalizado frente a los senadores del PAN.

Así, alejado de su rostro conciliador, Monreal fue duro con la panista Kenia López Rabadán, cuando le pidió responder, como constitucionalista, si el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, y el responsable de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucio, violaron la ley al participar en un mitin político el fin de semana y usar aviones oficiales de la Guardia Nacional para trasladarse.

Soy senador de la República. Cuando usted me nombre ministro de la Corte o juez, le contestaré. Ahora, le contesto como senador de la República y le recomiendo, le reconvengo para que siga a las instancias jurídicas y no vengan a la tribuna a usarla para efectos de carácter partidista, porque no lo están haciendo a la altura de las circunstancias que la patria demanda”, le contestó con voz tan alta y con un tono de molestia, que por un instante parecía que gritaba.

Poco a poco, a medida que otros legisladores le hacían preguntas, el clima de tensión y polarización en el Senado se mitigó, luego de llegar a un momento tan tenso que hasta la siempre serena Beatriz Paredes también usó un tono enérgico para criticar la forma en que algunos integrantes del gobierno federal violan las leyes.

Creo que estamos jugando a algo mucho más trascendente que el nombre de Adán Augusto o el nombre del general Bucio, estamos jugando, colegas legisladores de todas las fracciones, si vamos a admitir que hay retrocesos democráticos y se construyan, desde el Estado, elecciones, incluso usando a las Fuerzas Armadas.

Eso es inadmisible y los demócratas lo tenemos que denunciar, sea que agrada o no agrada, hay límites y somos los primeros obligados a respetarlos”, alertó.

Y es que, momentos antes, la morenista Lucía Trasviña aseguró que al Senado no le incumbe lo relacionado con el uso de esas aeronaves y la participación de esos funcionarios en una reunión.

Por cuanto a lo que aquí se argumenta y politiza, de que el secretario de Gobernación utilizó un medio público, un avión de Guardia Nacional, para trasladarse a un estado de este país no es un asunto que nos incumbe definitivamente, ya que las acciones que emprenda el Ejecutivo como jefe supremo de Fuerzas Armadas es competencia de él y no es facultad de este Senado. Lo que están haciendo los grupos políticos es politizar”, dijo Trasviña y así incendió el debate en el Senado.

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