En su informe sobre estabilidad financiera, publicado con motivo de las reuniones de primavera del organismo junto al Banco Mundial, el FMI reconoció que la crisis bancaria “complica la labor de los bancos centrales” de poner coto a la alta inflación.

No obstante, el organismo expresó su confianza en que estas instituciones cuenten con herramientas suficientes para hacer frente a las vulnerabilidades del sector sin tener que comprometer su lucha contra la subida de los precios, que no está dando resultados con la rapidez que se esperaba.

“La disponibilidad de herramientas dirigidas a hacer frente a los riesgos a la estabilidad financiera debería ayudar a los bancos centrales a separarla de los objetivos de política monetaria, permitiéndoles continuar restringiendo la política para hacer frente a las presiones inflacionarias”, dice el informe.

Aun así, el Fondo reconoció que existe un riesgo de que la incertidumbre se intensifique, lo que podría obligar a los bancos centrales a suavizar su política monetaria.

En este caso, “deberían comunicar claramente su compromiso con devolver la inflación a su objetivo tan rápido como sea posible, una vez se reduzca el estrés financiero”.

FMI recomienda seguir subiendo tipos de interés pese a la crisis bancaria

La institución dijo que, pese a las medidas que han tomado las autoridades estadounidenses para calmar a los mercados tras la quiebra en febrero del Silicon Valley Bank (SVB) y del Signature Bank -que también obligó al rescate del First Republic por la banca estadounidense y a la venta del banco suizo Credit Suisse- aún está por ver si el pánico no se extiende a otras entidades.

En marzo, la Reserva Federal estadounidense (Fed) puso en marcha un nuevo fondo para que los bancos que necesiten asegurar los depósitos de sus clientes tengan dinero para hacerlo, y aumentó la frecuencia con la que ofrece operaciones de cambio de divisas para garantizar que hay suficientes dólares en el sistema financiero.

Para el FMI, las dificultades en el sector bancario son un recordatorio de las dificultades que supone para la economía la política de tipos altos de los bancos centrales para luchar contra la inflación.

Aun así, el organismo consideró que el aumento de precios se encuentra todavía “incómodamente” por encima del objetivo de instituciones como la Fed o el Banco Central Europeo.

En Estados Unidos, la inflación bajó cuatro décimas en febrero y se ubicó en el 6%, si bien en términos mensuales los precios de consumo subieron cuatro décimas.

En la zona euro, la inflación general se desaceleró hasta el 8.5% en febrero, pero la subyacente aumentó hasta el 5.6%.

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