El opositor venezolano Leopoldo López pidió este miércoles que un acercamiento de los gobiernos de Venezuela y de Estados Unidos no sea un “trueque, un intercambio, de petróleo por libertad”.
López advirtió que, sin elecciones libres, “no debería haber un acercamiento”, a preguntas de los periodistas antes de impartir una conferencia en la ciudad española de Salamanca.
El líder opositor subrayó que la posición de Estados Unidos es “llegar a un acuerdo siempre que haya una ruta muy clara hacia elecciones libres en Venezuela”.
Desde que a principios de este mes una delegación de Estados Unidos se reunió en Caracas con el dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, se producen especulaciones sobre un acercamiento entre ambos gobiernos, aunque los estadounidenses han subrayado que no supone un cambio en las relaciones ni que vayan a comprar por ahora petróleo venezolano ante la crisis energética tras la invasión de Rusia en Ucrania.
“No podemos hacer un trueque, un intercambio de petróleo por libertad. Es poco ético plantearse para los venezolanos que se sacrifique la libertad por el petróleo que hoy en día está controlado, abusado y robado, al igual que los minerales, por parte de la dictadura”, agregó.
“Siete millones de venezolanos han sido expulsados de nuestro país, la crisis migratoria más grande que está viviendo el mundo, más profunda que la de Ucrania (…). No fue por el resultado de una guerra ni por un desastre natural, sino por una tragedia de las ideas, política, por la imposición de un modelo autoritario, corrupto”, denunció.
López también se pronunció sobre el abandono de su partido, Voluntad Popular, de al menos 140 militantes en el último mes tras advertir “malas prácticas” internas.
Al respecto, manifestó que a Maduro le “es más barato comprar a un enemigo que encarcelarlo”, mientras su partido está “en un proceso de legitimar” a sus autoridades, pues muchas de las elegidas hace unos años “han tenido que salir al exilio, o están presos, o se encuentran en circunstancias de mucha dificultad”.
López está exiliado desde 2020 en España, país al que el régimen venezolano reclama su extradición para que cumpla en Venezuela el resto de los casi catorce años de cárcel a que fue condenado en 2015 tras ser acusado de incitar a la violencia.