La Asamblea General de la ONU arrancó hoy una sesión extraordinaria para analizar y votar una “resolución humanitaria” frente a la guerra en Ucrania, un texto que Rusia tildó de “antirruso” y le llevó a presentar uno alternativo ante el Consejo de Seguridad este mismo miércoles.
El rifirrafe diplomático lleva ya una semana, luego de que Francia y México anunciaran una resolución sobre cuestiones humanitarias en el Consejo de Seguridad y Rusia buscara contrarrestarla presentando la suya, ante lo cual los dos primeros países trasladaron su resolución a la Asamblea.
La resolución de Rusia no recoge que la catástrofe humanitaria en Ucrania haya sido causada por la invasión del ejército ruso ni define claramente al agresor y el agredido, como han denunciado los países occidentales.
El representante de Ucrania, Sergiy Kyslytsya, dijo hoy ante la Asamblea que la ONU no debe ser un grupo de “naciones espectadoras que difuminan las responsablilidades, que trivializan el asesinato y hacen anónimo al asesino”.
No caemos víctimas del síndrome de Estocolmo -dijo- mientras saboreamos un café con un asesino en serie (en los salones de la ONU), ¿o sí?”, dijo el ucraniano, interpelando así a la responsabilidad de los países a apoyar una resolución que está patrocinada por “docenas de países”, dijo.
Tras el ucraniano tomó la palabra el embajador ruso, Vasili Nebenzia, quien inscribió la resolución franco-mexicana como “una acción politizada, antirrusa, dentro de un contexto supuestamente humanitario”, pero advirtió de que esa resolución “va a complicar la búsqueda de una solución en Ucrania, pues va a endurecer posturas que no son realistas (del Gobierno de Kiev) ni responden a las necesidades”.
Nebenzia reiteró que su país va a presentar esta mista tarde su propia resolución en el Consejo de Seguridad, pero además elogió la iniciativa de Sudáfrica, que en la misma Asamblea General presentará otra resolución también llamada “humanitaria” cuyo texto lima las críticas a Rusia, tanto que Nebenzia calificó la iniciativa sudafricana como “muy cercana” a la rusa.
La práctica simultaneidad de tres resoluciones, que afecta directamente a la credibilidad de la ONU, ha puesto una vez más de manifiesto no solo las diferencias en el relato de la guerra, sino también de la relación de fuerzas en la escena internacional.
Países como Brasil o Tailandia, que hoy tomaron la palabra en la Asamblea, han tratado de mostrarse equidistantes y, si bien condenaron los crímenes cometidos en la guerra, la misión brasileña criticó la imposición de sanciones a Rusia, mientras que la tailandesa alertó sobre la “politización” que está contaminando los trabajos de la ONU.
En cualquier caso, ninguna de las tres resoluciones tiene ningún viso de traducirse en acciones prácticas: la del Consejo, porque no tiene apoyos suficientes y es rechazada por varios países con poder de veto, y las de la Asamblea, porque es un organismo sin poder ejecutivo, meramente declarativo.