Si bien fuentes diplomáticas españolas indican que la solicitud del plácet al exgobernador sinaloense Quirino Ordaz Coppel sigue en trámite, también señalan que la dilación en otorgarlo refleja una postura del gobierno de Pedro Sánchez proporcional al malestar que le provocan las posiciones poco ortodoxas del presidente Andrés Manuel López Obrador ante prácticamente todo lo que se relacione con España: gobierno, monarquía o empresas.

Carlos Malamud, investigador principal para América Latina del Real Instituto Elcano, señala que “las relaciones bilaterales México-España están pasando por un momento difícil, complicado, y no hay ninguna señal por parte del gobierno mexicano de querer cambiar las cosas o querer enfriar el conflicto, de restablecer la confianza”.

Antes de esta crisis, desde ambas orillas del Atlántico se había exaltado que México y España eran “socios estratégicos” y que la relación era de “excelencia”; sin embargo ahora viven un enfriamiento evidente a nivel gubernamental. Esto, al margen de que la relación sigue fluyendo en algunos rubros. Por ejemplo, el secretario de Turismo mexicano, Miguel Ángel Torruco, y su par, la ministra Reyes Maroto, acordaron una reunión binacional para realizar una feria de pueblos mágicos en Barcelona en el marco de la Feria de Turismo de Madrid.

Al plantearle en entrevista la versión de fuentes diplomáticas sobre las tensiones que estarían detrás de la dilación del plácet, Malamud responde:

“Obviamente. El gobierno español está evidentemente molesto. Y esta molestia es aún mayor si partimos de que al equipo de Pedro Sánchez no le debe gustar nada que esté ocurriendo con un gobierno teóricamente de izquierda o progresista, cuando lo normal sería que ambos tendrían que mantener un diálogo más fluido, más fácil, más profundo; sin embargo la mala sintonía es muy grande y evidente.

“Esto debió haberse resuelto en poco tiempo, más aún con un país teóricamente amigo y aliado como México. Esto ha sucedido en el pasado, en condiciones normales se resuelve rápido. Ha pasado con embajadores mexicanos no diplomáticos o exgobernadores que también han llegado aquí, pero aquí el punto es que no han sido respetados los códigos diplomáticos desde el gobierno de México”, sostiene el también catedrático de Historia de América de la Universidad Nacional de Educación a Distancia.

El presidente Pedro Sánchez fue el primer mandatario en ser recibido por López Obrador, en enero de 2019, a menos de dos meses de ser inaugurado el gobierno de la Cuarta Transformación.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2360 del semanario Proceso cuya versión digital puedes adquirir aquí.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *