El presidente de Kazajistán cesó el miércoles a su gobierno y decretó el estado de emergencia como respuesta a las inusuales protestas en la ciudad de Almaty y en una región rica en hidrocarburos, por el encarecimiento del gas en este país de Asia Central.

Una orden publicada en la web presidencial señaló que Kassym Jomart Tokayev había aceptado la renuncia del gabinete del primer ministro Askar Mamin. Hasta la formación de uno nuevo, el viceprimer ministro Alikhan Smailov dirigirá el gobierno interinamente, precisó.

La decisión se produce después de las protestas en esta antigua república soviética que llevaron al presidente Tokayev a decretar de madrugada el estado de emergencia durante dos semanas en Almaty (sureste) y en la región de Mangystau (oeste).

En esa ciudad, capital económica del país, la policía utilizó granadas de estruendo y gases lacrimógenos para dispersar el martes por la noche a miles de manifestantes que lanzaban consignas antigubernamentales por el encarecimiento de la energía.

Más de 200 personas fueron detenidas en las manifestaciones por “perturbación del orden público” y 95 policías resultaron heridos, informó el ministerio del Interior.

Los manifestantes bloquearon las carreteras y la circulación, agregó el ministerio.

El estado de emergencia decretado por Tokayev entró en vigor el miércoles hasta el 19 de enero e implicará la imposición de un toque de queda en ambos territorios de las 23 horas a las 07 horas.

Previamente, el presidente se había dirigido a la población en un video colgado en redes sociales para pedir “prudencia” y “no ceder a las provocaciones”.

Los servicios de mensajería de WhatsApp, Telegram y Signal no funcionaban por la noche en Kazajistán, un país de 19 millones de habitantes en el que este tipo de concentraciones son poco frecuentes.

“Que se vaya el viejo”

El movimiento contra el alza de precios del gas empezó el fin de semana en la localidad de Janaozen, en el corazón de la región occidental de Mangystau, antes de propagarse a Aktau, a orillas del mar Caspio, y Almaty.

La televisión informó este miércoles que el director de una usina de gas en la región de Mangystau fue destituido por haber “aumentado el precio del gas sin razón”.

En Almaty, periodistas de la AFP vieron cómo la policía dispersaba una multitud de 5.000 personas con gases lacrimógenos.

Los manifestantes gritaban “gobierno dimisión” y “que se vaya el viejo”, en alusión al expresidente Nursultán Nazarbáyev, mentor de Tokayev.

El presidente tuiteó el martes que las autoridades habían decidido reducir de 120 a 50 tengues (0,11 dólares) el precio del litro de gas licuado de petróleo (LPG) en Mangystau para “asegurar la estabilidad del país”, aunque eso no apaciguó las protestas.

También se reportaron pequeñas marchas y detenciones en la capital Nursultán (antes Astaná), llamada así en honor a Nursultán Nazarbáyev, que dirigió el país desde su independencia soviética hasta 2019, cuando designó a Tokayev como sucesor.

Nazarbáyev, de 81 años, mantiene un fuerte control del país como presidente del consejo de seguridad y “Líder de la Nación”, un rol constitucional que le garantiza privilegios políticos e inmunidad ante la justicia.

Las protestas espontáneas y no autorizadas son ilegales en Kazajistán a pesar de una ley aprobada el año anterior para suavizar algunas restricciones en la libertad de reunión.

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