En los últimos meses España ha registrado subidas históricas en el precio de la luz, lo que tiene consecuencias devastadoras para las familias más vulnerables y para las pequeñas y medianas empresas.
Fátima García, madre de familia, denuncia que durante meses ha despertado a sus siete hijos en medio del frío. Su casa es uno de los cientos de miles de hogares donde no entra ningún ingreso y, ante su difícil situación económica, se ha visto obligada a no poder cubrir necesidades básicas. “No tenemos calefacción, ni nada.
¿Quién va a pagar la calefacción? Pagamos la luz y gracias a Dios”, comenta.
La pandemia ha colocado entre la espada y la pared a muchas pequeñas compañías. Uno de los últimos obstáculos para empresarias como Feli y Silvia, dedicadas a la peluquería, es el precio desbocado de la electricidad. Ambas reconocen que es incompresible que, en medio de tantas dificultades, el Gobierno no haya conseguido frenar este nuevo golpe económico.
“No lo entiendo y creo que no lo entiende nadie”, dice Feli, copropietaria de la peluquería ‘Siente el cambio’, ya que —opina— los mandatarios “tenían que haber puesto solución antes a esto”.
La subida del coste del gas natural y el encarecimiento de los derechos de emisión de CO2 han provocado que, mes a mes, el precio de la electricidad se haya disparado en España. A mediados de diciembre de 2021, el precio de la luz era casi siete veces más alto que hace un año, lo que ha impactado especialmente en las familias más vulnerables.
Rubén Sanchez, portavoz de la Asociación de Consumidores en Acción-FACUA sostiene que esta situación que afecta a miles de españoles es la consecuencia de “un Gobierno que no quiere molestar ni perjudicar los intereses de ese gigantesco oligopolio”.
En medio de esta crisis energética, el Gobierno español ha tomado medidas, como cuando en junio redujo del 21 al 10 % el IVA de la luz o suspendió en septiembre el impuesto de generación para empresas, al tiempo que amplió el bono social de la luz para las familias más desfavorecidas.
El alto precio de la luz ha sido uno de los mayores quebraderos de cabeza en los últimos meses para el Gobierno de Pedro Sánchez, que ha recibido críticas por dar una respuesta tardía e insuficiente al problema. Muchos le han recordado que cuando estaba en la oposición calificó de fracaso una subida de la electricidad de un 13 %.
Mientras, la crisis eléctrica ha abierto un cisma en todo el bloque comunitario. Por un lado, España y Francia encabezan el grupo de países que piden una reforma en el sistema de regulación de precios de la electricidad.
Por otro lado, Alemania y ocho naciones más se niegan a interferir en el mercado de la electricidad, pues creen que es una situación transitoria, postura que ha sido respaldada por la propia Comisión Europea. “Cambiar el actual modelo plantea riesgos para la previsibilidad del actual mercado, la competitividad y la transición energética. El actual modelo de mercado garantiza la adecuación entre la oferta y la demanda en todo momento”, expone Kadri Simson, comisaria europea de Energía.
Finalmente, la Unión Europea no ha tomado cartas en el asunto para frenar la crisis eléctrica. Mientras tanto, más del 12 % de los hogares en España tiene dificultades para pagar sus consumos, según la Asociación de Ciencias Ambientales.