Desde hace un mes, la Universidad Autónoma Chapingo se encuentra en paro por parte de estudiantes que exigen aumento en sus becas, lo que afecta a más de 11 mil alumnos de esta casa de estudios, por lo que el rector José Solís Ramírez los llamó a levantar la huelga, pues aseguró se han atendido varias de sus demandas.
Cabe recordar que estudiantes iniciaron un paro indefinido de labores para exigir aumento en sus becas ya que se les retiró el apoyo otorgado durante la pandemia; además demandar la instauración del nuevo Consejo Universitario, apoyos a sus estudios internacionales, denunciar las deficiencias de los internados como la filtración de agua a los dormitorios y hacinamiento en aulas; construcción de otro comedor, entre otras demandas.
El rector aseguró que se han presentado propuestas de solución viables a la mayoría de sus demandas, pero lamentó que grupos políticos como el Movimiento Antorchista a donde pertenece un grupo minoritario de estudiantes han interferido en la solución de los conflictos, quienes aparentemente pretenden sacar ventajas personales y económicas del conflicto, apuntó.
Son cuatro grupos, sin embargo, nosotros hablamos de Antorcha Campesina y sus aliados como los principales promotores de desestabilización institucional que obviamente los conlleva, a buscar el uso de los recursos institucionales con fines políticos”.
Aclaró que las demandas señaladas como falta de agua caliente y los dormitorios mismos ya han sido atendidas, sin embargo, “algunos tendremos que esperar para corregir o darles mantenimiento porque no se pueden realizar todas las reparaciones mientras esté la universidad en estas condiciones”, añadió.
Solís Ramírez señaló que, pese a que las peticiones fueron atendidas entre el 20 y 25 de septiembre, un grupo denominado “Curech” no ha aceptado dialogar afectando las actividades académicas y vulnerando la formación profesional de los alumnos que en su mayoría provienen del interior de la República.
Nosotros hemos puesto ya nuestras respuestas a los compañeros estudiantes y esperamos por supuesto tener una respuesta inmediata, o lo antes posible, a cada uno de ellos. Reconocemos las demandas legítimas de nuestros estudiantes, sabemos que ha habido inflación, que los costos de la vida se han modificado, pero hay otras demandas más políticas que han amalgamado con las situaciones legítimas de nuestros estudiantes”, agregó.
Además, detalló que la universidad tuvo que redireccionar 13 millones de pesos para la construcción de un nuevo comedor comunitario como fue solicitado por los estudiantes, aunque aún buscarán financiar el proyecto con apoyo federal y pago de deuda.
Estamos en la búsqueda de obtener el recurso a través de los deudores a la institución que se tienen por muchos años y que ahora que estamos buscando que esos los deudores paguen y esos recursos también serían suficientes para la construcción del comedor”.
Vamos a gestionar ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público el permiso y los recursos si hicieran falta para ello. Consideramos que la institución tiene capacidad para sacar las cosas adelante, pero siempre es importante tener esa gestión ante las autoridades federales”, comentó.
Explicó que tan solo para el pago de servicio de internet, viáticos, alimentación y becas para todos los alumnos en lo que resta del año, la universidad contempla una partida de 19 millones de pesos, mientras que para transporte universitario serán 40 millones de pesos.
Recordó que durante el período de pandemia se destinaron 35 millones de pesos y se redireccionó 51 millones de pesos para el mantenimiento de laboratorios y para servicios asistenciales, entre ellos el fortalecimiento de los comedores con aparatos equipos de cocina, se destinaron 20 millones más.
Esto pese a que existen deudas de diferentes proveedores hacia la Universidad de alrededor de 200 millones de pesos que datan desde hace más de 20 años por parte de investigadores.
Buscamos con esto que todo el presupuesto institucional se vea reflejado en mejoras a la universidad y en ese sentido no hay que olvidar que venimos de una pandemia también que nos han invitado cuestiones de personal en cuestiones de ejecución de acciones para nuestra institución esto significa que tuvimos que trabajar con poco personal con los funcionarios para mantener siempre la actividad fuerte”, sostuvo el rector.
Incluso, reconoció que actualmente el mayor conflicto que enfrenta la institución es de índole político, cuyos grupos pretenden presionar a la Rectoría para que tome protesta de nuevos integrantes del Consejo Universitario, cuyo órgano podría promover un plebiscito para la destitución del rector en turno, con el fin de tomar el control del presupuesto de la Universidad.
En ese sentido buscamos siempre la estabilidad institucional, sabemos que hay intereses muy fuertes en grupos políticos en la universidad que quieren a cualquier medida tener control sobre el poder, sobre el dinero de la universidad, y que nosotros como administración lo único que estamos buscando es combatir corrupción por un lado, pero también ser vigilantes de la aplicación de cada centavo del presupuesto institucional en beneficio de la comunidad universitaria, de la infraestructura y de la imagen institucional”, dijo.
Finalmente, explicó que la universidad no está totalmente paralizada debido a que existen unidades académicas donde se realizan actividades de manera normal, aunque la unidad central donde está la mayoría de los alumnos se encuentra tomada por un pequeño grupo de alumnos.
Queremos iniciar por el beneficio de nuestra institución, de nuestra comunidad el reinicio lo antes posible de manera sana, razonable, con esa libertad y esa democracia que tenemos, pero ya queremos empezar por supuesto a las áreas académicas”.