El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se rodeará este jueves de activistas y religiosos provenientes de distintas partes del país para denunciar lo que la Casa Blanca califica de “violencia impulsada por el odio” entre la sociedad estadounidense.
En una conversación con periodistas, el Gobierno trató de vender el evento de este jueves en Washington como parte de un esfuerzo bipartidista, aunque serán Biden y su Administración quienes lleven la voz cantante, y la propia Casa Blanca ha tratado de vincular repetidamente al expresidente Donald Trump (2017-2021) y al Partido Republicano con posiciones de odio.
Biden, además, celebra este encuentro -que su Gobierno ha tildado de “cumbre”– cuando sólo falta un mes y medio para que se lleven a cabo las elecciones de medio mandato en las que está en juego el control de la Cámara de Representantes y del Senado.
Entre los presentes estarán el sacerdote cristiano Bob Roberts, el imán Mohamed Magid y el rabino David Saperstein, así como Miriam Vargas Corona, activista de “UNIDOS Bridging Communities”, la líder de derechos civiles Valarie Kaur y varios representantes de las Fuerzas Armadas.
Durante el encuentro, Biden anunciará medidas para que las agencias del Gobierno refuercen la coordinación para prevenir, dar respuesta y recuperarse de violencia impulsada por el odio, destinadas a instituciones como escuelas, fuerzas de seguridad, museos y bibliotecas.
Además, se anunciará que un grupo filantrópico está trabajando para obtener 1.000 millones de dólares en inversiones que aumenten el apoyo a programas para contribuir a tender puentes entre los estadounidenses.
Por último, firmas tecnológicas como YouTube, Twitch, Microsoft y Meta anunciarán nuevas medidas para prevenir la violencia impulsada por el odio en sus plataformas online.
El pasado 19 de agosto, la Casa Blanca anunció el evento para supuestamente “contrarrestar los efectos corrosivos de la violencia alimentada por el odio” en la democracia y en la seguridad pública del país.