La reina Isabel II será enterrada el próximo día 19 de septiembre junto a la tumba de su marido, el duque de Edimburgo, en la capilla Rey Jorge VI, en el castillo de Windsor, en una ceremonia privada, informó el Palacio de Buckingham.

Esta ceremonia tendrá lugar a las 19:30 hora local (13:30 hora de México), después de la celebración en Londres del funeral de Estado, que tendrá lugar en la Abadía de Westminster, próxima al Parlamento, y al que asistirán numerosos jefes de Estado y de Gobierno y representantes de casas reales.

Según algunos detalles del funeral divulgados hoy, al término del servicio religioso habrá en todo el país dos minutos de silencio tras lo cual se entonará el himno nacional “Dios salve al Rey”.

El lunes, los invitados al funeral —entre ellos los reyes de España, Felipe VI y Letizia; el presidente de EU, Joe Biden, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron— empezarán a llegar a partir de las 8:00 horas a la abadía, de cara al comienzo de la misa a las 11:00 horas, a la que asistirán unas 2,000 personas.

No obstante, el Palacio no divulgará la lista completa de los invitados a esta ceremonia religiosa el próximo lunes.

Una cureña de la Marina Real (Royal Navy), de 123 años de antigüedad y tirada por 98 marineros, llevará el féretro de Isabel II desde el Salón de Westminster, donde está ahora instalada la capilla ardiente en el Parlamento británico, hasta la Abadía de Westminster para el funeral de Estado.

Desde el Parlamento, el rey Carlos III y otros miembros de la familia real caminarán detrás del cortejo fúnebre.

En la procesión irán gaiteros de regimientos escoceses e irlandeses, así como músicos de la Real Fuerza Aérea (RAF).

Al término del funeral, el rey y otros miembros de la familia real caminarán detrás del féretro de la reina hasta el Arco de Wellington, en el centro de Londres, desde donde será llevado hasta el castillo de Windsor, la que fuera residencia de fin de semana de la soberana y donde se instaló en el último año.

Carlos III y sus hermanos, Ana, Andrés y Eduardo, harán este viernes en la capilla ardiente la “vigilia de los príncipes”, la tradición de velar el ataúd, como lo hicieron el lunes en la catedral de St. Giles en Edimburgo.

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