Una diócesis católica en Polonia ha pedido a una corte que determine si un hombre que sufrió abuso sexual cuando era niño a manos de un cura es gay y si el contacto sexual “le causó placer”.
Janusz Szymik, de 48 años, era monaguillo cuando comenzó el abuso en la década de 1980. El año pasado, Szymik demandó en un tribunal civil a la diócesis de Bielsko-Zywiec, en el sur de Polonia. Szymik quiere una indemnización de 3 millones de zlotys (760 mil dólares) de la diócesis. El cura, identificado como padre Jan W., confesó el abuso.
El portal de noticias Onet publicó días atrás el contenido de varios documentos presentados a la corte por un abogado de la Iglesia. Los documentos revelan que la Iglesia quiere que un experto “verifique la orientación sexual del demandante” y si “demostró satisfacción al mantener una relación íntima con el padre Jan W.” u obtuvo “beneficios materiales” de la relación sexual con el sacerdote.
Szymik expresó sorpresa por el giro que ha tomado el caso y señaló que anteriormente el obispo Roman Pindel, de la diócesis de Bielsko-Zywiec, había demostrado compasión por los abusos que padeció cuando era niño.
“Anteriormente, expresó dolor y remordimiento y pidió perdón y ahora quiere demostrar… que yo soy una persona homosexual, que la pederastia me causó placer, que todo lo que sucedió fue voluntario y que yo obtuve beneficios”, dijo Szymik en una entrevista con la emisora de noticias TVN24.
El periodista católico Tomasz Terlikowski dijo que la carta de la curia al tribunal era “escandalosa” y que el obispo Pindel debería ofrecer disculpas a Szymik.
Tales declaraciones, dijo, perjudican a las víctimas y son la “prueba lamentable de que el obispo ni siquiera conoce el magisterio de la Iglesia de la cual es pastor”.
El Papa Francisco se ha esforzado por eliminar una cultura de abusos y encubrimiento en la Iglesia polaca.
La Iglesia católica fue durante mucho tiempo la mayor autoridad moral de Polonia por su papel durante la ocupación extranjera y su apoyo al movimiento anticomunista Solidaridad en la década de 1980, pero el escándalo de los abusos ha dañado su credibilidad.
El católico polaco más famoso, san Juan Pablo II, ha visto manchado su recuerdo porque no supo enfrentar los abusos cuando era papa.
El arzobispo Wojciech Polak dijo recientemente que la Iglesia ha sufrido una caída “devastadora” de la observancia religiosa entre los jóvenes polacos, que atribuyó en parte a que la jerarquía no ha enfrentado el abuso clerical.