“La guerra en Ucrania terminará cuando lo decida el presidente de Rusia Vladimir Putin”, afirmó el Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, quien se encuentra en Ucrania para reunirse con el presidente Volodymyr Zelensky.
El martes pasado Guterres viajó a Moscú en donde se reunió con el líder ruso Vladimir Putin para pactar una pausa humanitaria.
Las declaraciones de Guterres a la cadena CNN tienen lugar en el marco de su recorrido por varios puntos de Ucrania en la que remarcó que, si Rusia decide poner un alto al fuego, esto debe culminar con un acuerdo político serio.
Como resultado de la visita de Guterres a Moscú, Putin, “en principio” aceptó que el Comité Internacional de la Cruz Roja pueda evacuar a los civiles que se encuentran en la planta de acero en Mariúpol. Pero al parecer la reunión ha sido infructuosa.
Guterres antes de su cita con Zelensky que está programada para la tarde de este jueves visitó ciudades ucranianas asediadas por las fuerzas rusas como Buryanka, Bucha e Irpin en donde pudo presenciar de primera mano la magnitud de la destrucción de la zona.
En Buryanka dijo que “al ver esos edificios destruidos, debo decir lo que siento. Me imaginé a mi familia en una de esas casas que ahora está destruida y negra. Veo a mis nietas huyendo presas del pánico, parte de la familia acaba muerta. Entonces, la guerra es un absurdo en el siglo XXI. La guerra es malvada’’.
“Y cuando uno ve estas situaciones nuestro corazón, por supuesto, se queda con las víctimas. Nuestras condolencias a sus familias, pero nuestras emociones son que no hay forma de que una guerra pueda ser aceptable en el siglo XXI. Mira eso’’, remarcó al tiempo que miraba edificios de departamentos derruidos.
En su visita a Bucha subrayó la importancia de la justicia internacional y la rendición de cuentas: “Cuando vemos este horrendo sitio, me hace sentir lo importante que es [tener] una investigación exhaustiva y responsabilidad. Me alegro que la Corte Penal Internacional se haga cargo de la situación y que la fiscalía ya estuviera aquí’’.
“Apoyo plenamente a la Corte Penal Internacional y hago un llamamiento a la Federación de Rusia para que acepte cooperar con la Corte Penal Internacional. Pero cuando hablamos de crímenes de guerra, no podemos olvidar que el peor de los crímenes es la guerra misma’’, dijo a periodistas reunidos en el atrio de la icónica iglesia de San Andrés.
En Irpin , frente al complejo residencial destruido de Irpinsky Lipki, “este horrible escenario demuestra algo que, lamentablemente, siempre es cierto: los civiles siempre pagan el precio más alto. Civiles inocentes vivían en estos edificios.
Estaban pagando el precio más alto por una guerra a la que no habían contribuido en absoluto. Y esto es algo que todos deberían recordar, en todas partes del mundo. Dondequiera que hay una guerra, los civiles pagan el precio más alto’’, dijo Guterres visiblemente impresionado por el grado de devastación del lugar.
Varios analistas han cuestionado que la visita del secretario general de la ONU a Moscú y Kiev llega tarde pues las fuerzas rusas han emprendido una feroz ofensiva y no dan tregua a la población civil que ha quedado atrapada por los fuertes bombardeos en el este y el sur del país.
Más Mariúpoles
Por su parte el diplomático noruego Jan Egeland, actual secretario general de la ONG Consejo Noruego de Refugiados (NRC), , expresó su temor a que el ejército ruso extienda sus prácticas de asedio urbano, utilizadas contra ciudades como Mariúpol, a otras zonas del este y el sur de Ucrania.
“La cruel lógica de estos cercos es la de que el atacante ve demasiado costoso luchar y decide matar de hambre al ejército defensor, y con ello a mujeres y niños”, comentó Egeland.
En rueda de prensa organizada por la Asociación de Corresponsales de Naciones Unidas (ACANU) Egeland, ex coordinador de asuntos humanitarios de Naciones Unidas informó que cuenta con 85 trabajadores en el terreno, que intentan llevar alimentos y otros productos básicos con la mayor rapidez a esas zonas del este y el sur de Ucrania ante la posibilidad de que se multipliquen los asedios rusos.
“Es una carrera contrarreloj por ayudar al este y sur de Ucrania, donde la lucha se está intensificando y desafortunadamente no hay tantos testigos de ello como los que hubo en Kiev ni periodistas”, lamentó.
En su viaje a Ucrania, que concluyó este lunes, Egeland también visitó algunas de las ciudades de las afueras de Kiev donde se denunciaron matanzas rusas de civiles ucranianos, tales como Bucha, Borodianka o Irpin que también fueron recorridas por Guterres.
Finalmente observó que esta “esta es una guerra contra los ancianos” que son los que se encuentran atrapados en refugios subterráneos y que no pueden desplazarse con facilidad.
“Me asusta la crueldad de este conflicto, el sufrimiento de tantas personas de avanzada edad que no pudieron o no quisieron abandonar sus hogares es indescriptible’’, remató.