De 2019 a 2023, la demanda de tratamiento médico en instituciones públicas y privadas por consumo de fentanilo se multiplicó, al pasar de 25 casos a 518 el año pasado.
El Informe sobre la situación de la salud mental y el consumo de sustancias en México 2024, elaborado por el Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones, de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama), destaca que, en el contexto del tratamiento, desde 2018 se ha constatado un crecimiento de la demanda de atención por consumo de estas sustancias sicoactivas, con 10 casos en 2018; 25 en 2019; 72 en 2020; 184 en 2021; 333 en 2022 y 518 en 2023.
Añade que la mayor parte de los casos de consumo en 2023 se reportaron en Baja California, Sonora, Sinaloa y Chihuahua.
En “el uso de drogas emergentes como el fentanilo, encontramos que el consumo sigue manteniéndose presente en el norte del país y continúa en incremento”, resalta.
Detalla que, de 2019 a 2023, el fentanilo ocupó el cuarto sitio en aseguramientos con 7 mil 689.8 kilogramos, y estuvo antecedido por la cocaína, con 182 mil 452.9; marihuana, 722 mil 659, y metanfetamina, con 423 mil 441.2 kilogramos asegurados en 2023.
Resalta que la incautación de fentanilo por parte de las autoridades llegó a sus mayores niveles en 2022, con 2 mil 86 kilogramos.
“Considerando que pocas cantidades de fentanilo producen grandes cantidades de dosis, y que su venta en el mercado es más rentable que la de otras drogas, se estima que la pérdida económica para la delincuencia organizada es muy alta. En este sentido, llama la atención que el fentanilo se posicione como la droga que ocupa el cuarto lugar en cantidad de kilogramos decomisados, pero muy probablemente representa los primeros lugares en pérdidas económicas para la delincuencia organizada”, agrega.
Éctor Jaime Ramírez Barba, médico y diputado federal por el Partido Acción Nacional, destaca que aunque el consumo de fentanilo en el país aún es bajo, “deberíamos preocuparnos porque quizás no se esté haciendo un rastreo como uno quisiera (…) sobre el consumo de esa droga, además de que existen recortes para estrategias contra el consumo de enervantes”.
En este sentido, menciona que al programa de Atención a la Salud se le habían asignado 49 millones de pesos para 2024. Sin embargo, la Secretaría de Hacienda lo redujo a 13 millones de pesos.
“Y este programa es con el que se trata (…) [la] prevención y atención de las adicciones. Cómo nos dicen que quieren tratar bien las adiciones si se recorta el presupuesto para ello, y claramente los sitios en los que atienden a estas personas no se encuentran en cualquier lugar.
“No hace mucho esfuerzo esta administración federal por identificar con mayor precisión el consumo de fentanilo en el país (…) Pero si no se está invirtiendo en ir midiendo este fenómeno desde el punto de vista de la Federación, pues va a ser más complejo enfrentar este problema”, refiere el legislador albiazul.
Para Ramírez Barba es un hecho que habrá un aumento en el consumo de fentanilo en territorio nacional: “Cada vez habrá más [consumidores de este enervante] porque es una droga tan adictiva que es muy difícil desengancharse”.
Comenta que, a estas alturas, “el gobierno federal debería tener los ojos más a visor y todo el mundo tendría que estar pensando más en este tema para poderlo identificar, para implementar las acciones que se requieren para (…) una mayor detección y más acción en los centros contra las adicciones. Por lo que yo veo con los recortes presupuestales en este rubro, la prevención de adicciones no es una prioridad”.
Resalta que en el mercado existe un medicamento que puede revertir una sobredosis de fentanilo y que evita la muerte.
“Este fármaco es la naloxona. Estaba en el Senado una minuta para ser aprobada, para que realmente pueda haber naloxona en todos los centros dado este crecimiento, para que si alguien llega con una sobredosis, en vez de fallecer, se le aplique este medicamento. Sin embargo, a diferencia de Estados Unidos, en México no ha sido aprobado”.
Especialista en temas de seguridad, Eunice Rendón señala que el consumo de fentanilo en el norte del país se da por la cercanía con Estados Unidos y “porque es 50 veces más potente que la heroína y lo usan mucho para cortar drogas. No es que la gente esté yendo a comprar fentanilo directamente, sino que cortan las drogas con este producto porque eso lo abarata y lo hace más redituable para los cárteles y los criminales y la gente termina consumiendo esta droga”.
Explica que —desde 2019— los cárteles mexicanos se han convertido en uno de los principales proveedores de este opiáceo a la Unión Americana, desplazando a China, que por muchos años fue su principal abastecedor. Argumenta que aun cuando existe el riesgo de que el consumo de fentanilo siga aumentando en el país, difícilmente alcanzará las proporciones del problema de Estados Unidos, donde la adicción a los opioides se ha ido incrementando por décadas.
“Creo que en el caso de México, sin duda, se tiene que atender por la experiencia estadounidense, en donde hay más de 110 mil muertes al año por este tipo de drogas o sustancias. Sin embargo, es muy importante hacer una diferencia; en Estados Unidos, el problema que tiene hoy de esa mortalidad y relacionada con el consumo de fentanilo tiene que ver con la promoción de medicamentos contra el dolor que hicieron algunos médicos de ese país”, sostiene.