La proliferación masiva del alga sargazo en el mar Caribe y África Occidental se debe a la contaminación por nutrientes y al calentamiento de los mares, revela un nuevo estudio en PNAS.
Acumulaciones de estas algas flotantes bloquean los barcos pesqueros; amenazan el turismo; alteran los sitios de anidación de tortugas, arrecifes y manglares, y liberan gases tóxicos que afectan la salud humana y dañan los equipos eléctricos.
Por ello, un equipo de investigación, de las Universidades de York y Southampton (Reino Unido), junto con colegas de la Universidad de las Indias Occidentales en Jamaica y Barbados, se propuso aprender más sobre la composición de la biomasa del sargazo para desbloquear su potencial para producir productos sostenibles
Cabe tener en cuenta que, si bien el alga marina es una biomasa abundante, sus posibles usos son limitados debido a su alto contenido en arsénico.
De esta forma, la primera autora del estudio, la doctora Carla Machado, investigadora asociada del Departamento de Biología, comenta en un comunicado: “Las pequeñas cantidades de sargazo que solían llegar a las costas del Caribe proporcionaron un hábitat para tortugas, cangrejos y peces y contribuyeron a la formación de playas, ya que descompuesto, pero las enormes floraciones de sargazo de la última década son un problema global que seguirá creciendo y tendrá un impacto importante en los países afectados.
Este proyecto de investigación ha reunido a investigadores internacionales especializados en composición de biomasa e imágenes satelitales para rastrear, tomar muestras y estudiar el sargazo, proporcionando nuevos conocimientos cruciales sobre esta macroalga poco conocida. Para que se pueda utilizar una biomasa, ésta debe ser consistente en su composición; esto garantiza que pueda procesarse de manera eficiente y comportarse de manera predecible durante la producción.
Los resultados del estudio mostraron que, en general, la composición bioquímica del sargazo es constante durante todo el año. Los investigadores probaron diferentes métodos de procesamiento de las algas, incluido el secado a la sombra o la congelación, y descubrieron que el contenido de proteína de las algas se mantuvo igual. Sin embargo, el método de procesamiento afectó los niveles de otros componentes como el alginato, que puede procesarse para muchas aplicaciones, incluidos los biomateriales.
Los investigadores recolectaron muestras de sargazo en Jamaica a lo largo de 2021, lo que coincidió con la erupción de La Soufrière en abril de 2021 en la isla caribeña de San Vicente. Utilizando patrones de deriva, los autores calcularon que las muestras de sargazo que recolectaron en agosto de 2021 habrían pasado aproximadamente 50 días expuestas a las cenizas de la erupción. Así, descubrieron que las algas que probablemente habían estado en contacto con ceniza volcánica contenían menos arsénico, pero habían acumulado otros elementos, como níquel y zinc.
El autor principal del estudio, el doctor Thierry Tonon, del Departamento de Biología de la Universidad de York, afirma: “Comprender la respuesta del sargazo a las condiciones ambientales es crucial para descubrir su biología y su valor potencial. Dado que el gran cinturón de sargazo también recibe nutrientes adicionales del polvo del Sahara que sopla a través del Atlántico, parece que enormes cantidades de algas marinas que llegan a las costas se convertirán en la nueva normalidad”.
Los investigadores afirman que queda mucho más trabajo por hacer para aumentar la comprensión sobre el sargazo y cómo se comportará en los próximos años. Esto proporcionará un conjunto de evidencia que podría informar una respuesta internacional a los problemas que plantea a las personas y al medio ambiente y transformarla en algo útil.
En este sentido, el profesor Robert Marsh de la Universidad de Southampton añade: “El sargazo que varó alrededor de Jamaica a finales del verano de 2021 llevaba distintos rastros de la ceniza volcánica que se posó sobre él unos cuatro meses antes, justo al este de San Vicente; Esta novedosa ‘etiqueta volcánica’ confirmó que el sargazo llega cada verano a las playas de Jamaica después de un viaje de meses a la deriva con las corrientes del Atlántico tropical central”.
De esta forma, el trabajo concluye que comprender cómo el sargazo que recolectamos en Jamaica ha cambiado en su camino hacia las costas y los factores que podrían afectar especialmente el contenido de arsénico nos impulsará hacia un uso seguro de la biomasa de algas.