Ayer jueves concluyó Colmena, la primera de tres misiones mexicanas que se harán a la Luna de aquí al 2030.

Pese a que fue imposible que los cinco microrrobots mexicanos que conformaron la misión alunizaran por una falla que presentó la nave Peregrine que los llevaba a bordo, el Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM calificó como glorioso el fin de Colmena.

En sus redes sociales, el Instituto destacó que es, de hecho,  el  inicio de Colmena2 que volará a la Luna en 2027, construida sobre los cimientos  de la primera misión  que  permitió aprender y desarrollar los principios de una tecnología innovadora y formar una generación de jóvenes talentos.

2030 está a la vuelta de la esquina, y la estrategia de #LINX continúa infatigable para posicionar a #Mexico en la nueva era del sector espacial en la #Luna y asteroides. ¡Un #Goya estruendoroso para todo el equipo de LINX que comanda el doctor  @gmtanco”, indicó el Instituto a través de sus redes sociales.

Expuso que Colmena que tardó siete años en desarrollo, se convirtió en un hito historia al llevar la tecnología mexicana a un nivel donde pocos países lo han hecho, visibilizando  el diseño de la misión Colmena2, que se encargará de ejecutar el 25% de los objetivos  que Colmena no pudo ejecutar en el suelo lunar.

En ese tiempo, #Colmena fue encendida y operada en el espacio profundo, a una distancia equivalente a la órbita lunar, a más de 10 veces la órbita de los satélites geoestacionarios, alcanzando así un éxito de 75% en sus objetivos originales”, detalló por medio de X, antes Twitter.

La empresa Astrobotic informó que el  módulo de aterrizaje de Peregrine volverá a entrar a tierra sobre un área remota del  Pacífico Sur,  concluyendo así  una misión que falló en su intento de llegar a la Luna debido a la fuga de combustible que se presentó en la nave.

Colmena es una de las misiones de la Universidad para el desarrollo de equipos de investigación espacial, de las cuales la siguiente es el Nano-SWAI Space Weather Artificial Intelligence, un satélite que trabajará en la observación de la Tierra, para obtener información sobre el agua, la deforestación, actividad solar, partículas de rayos cósmicos y aplicaciones de astrofísica. Estos desarrollos son parte de la estrategia de LINX para definir a México como un actor en el nuevo espacio, tanto en órbitas bajas como en la exploración lunar.

Para 2030 se espera realizar otras dos misiones a la superficie lunar y, eventualmente, a un asteroide, especialmente para desarrollar tecnología que se utilice para hacer minería de metales preciosos o tierras raras que en las próximas décadas serán escasas en la Tierra.

Medina Tanco subrayó que estos proyectos son parte del compromiso de la Universidad Nacional con la sociedad mexicana para impulsar su crecimiento y crear un bienestar sustentable en base a ciencia y tecnología.

Además, ha recibido apoyo de la Agencia Espacial Mexicana, a través del extinto Fondo Sectorial AEM-Conacyt, así como de diversas empresas mexicanas y extranjeras.

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