El expresidente estadounidense Donald Trump (2017-2021) dio un golpe de efecto a las primarias republicanas tras arrasar con más del 50 por ciento de los votos en los caucus de Iowa, una victoria histórica con la que quiere zafarse cuanto antes de sus rivales e ir a por el demócrata Joe Biden.
Trump obtuvo en Iowa un 51 por ciento, 30 puntos porcentuales por encima de sus rivales: el gobernador de Florida, Ron DeSantis, con un 21.2 por ciento, y la exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora ante Naciones Unidas, Nikki Haley, con un 19.1 por ciento.
Lo que parecía que iba a ser una batalla por la segunda posición entre DeSantis y Haley, se convirtió en una lucha por la supervivencia.
Fue la victoria más abultada de la historia en unos caucus de Iowa, que fueron el disparo de salida de las primarias republicanas a la Casa Blanca y que tienen como segunda parada Nuevo Hampshire, donde los aspirantes ya tienen eventos previstos este mismo martes.
Próxima parada: Nuevo Hampshire
Los sondeos para las primarias del 23 de enero en Nuevo Hampshire tienen a Trump por delante, pero con Haley cerca, gracias en parte al apoyo recibido del popular gobernador del estado, Chris Sununu.
“Nuevo Hampshire e Iowa rara vez se ponen de acuerdo. Haley tiene una oportunidad en Nuevo Hampshire. Pero incluso si gana allí, necesitaría ganar un segundo estado para que esta sea una carrera”, aseguró a Efe el profesor Michael Cornfield, de la Universidad George Washington.
Tanto Iowa como Nuevo Hampshire tienen un peso limitado en la elección del candidato republicano a la Casa Blanca, pero poseen un gran poder simbólico al ser los primeros estados del proceso de primarias: son ellos quienes deciden qué candidato goza del codiciado ‘momentum’ para seguir adelante y quién debe retirarse.
DeSantis fue durante algunos meses el favorito para ser la alternativa a Trump; pero, en las últimas semanas, Haley ha conseguido el respaldo de importantes donantes y ahora algunos la ven como la mejor opción para destronar al expresidente.
Por eso, los resultados de anoche, ponen sobre Haley mucha presión para ganar en Nuevo Hampshire y lograr algo de “momentum”, dijo a EFE el experto en Ciencias Políticas de la Universidad de Míchigan Aaron Hall.
De hecho, la estrategia de Haley es lograr ese impulso (‘momentum’) entre Nuevo Hampshire y Carolina del Sur, el tercer estado en el calendario y en el que fue gobernadora entre 2011 y 2017.
En cualquier caso, ni Haley ni DeSantis tienen las de ganar en un cara a cara contra Trump y su estrategia, por ahora, es presentarse como “alternativa” a Trump en caso de que ocurra algo inesperado desde el punto de vista legal o de salud, explicó Hall.
Trump goza de buena salud, pero tiene 77 años. Y por otro lado, está inmerso en cuatro causas penales e imputado de 91 cargos, entre otras cosas por incitar el asalto al Capitolio de 2021, lo que podría llevarle a ser condenado a prisión.
No obstante, por ahora, esos cargos penales están “ayudando” a Trump a ganar las primarias, según Cornfield. “Las imputaciones validan su sentimiento de agravio y desvían la atención de los medios de la carrera por la nominación”, explicó.
Divide y vencerás
La realidad, sin embargo, es que tanto Haley como DeSantis están dividiendo el voto de aquellos que no quieren que Trump gane y, de esa forma, están asegurando su victoria en las primarias, dijo a EFE el profesor Timothy Hagle, de la Universidad de Iowa.
Ya ocurrió en 2016, cuando Trump competía por la nominación presidencial republicana con casi una decena de rivales, entre ellos el exgobernador de Florida, Jeb Bush, hijo y hermano de presidentes con el mismo apellido; pero como no hubo una voz fuerte contra Trump, este acabó venciendo.
El Partido Republicano, sin embargo, ha cambiado desde que Trump apareciera como candidato y su base se ha radicalizado.
Según una encuesta a pie de urna publicada anoche por la CNN, el 68 por ciento de los participantes en los caucus de Iowa cree que Biden no llegó a la Casa Blanca legítimamente.
El 69 por ciento, además, considera que Trump está capacitado para ser presidente incluso si es condenado en una de las causas penales que pesan sobre él.
Una carrera que podría terminar en marzo
En el horizonte, después de Nuevo Hampshire, Carolina del Sur y alguna parada más, está el conocido como ‘supermartes‘ del 5 de marzo, una fecha decisiva marcada en rojo en el calendario con 15 estados llamados a las urnas, entre ellos los dos más grandes del país: California y Texas.
Trump necesita llegar a los mil 215 delegados para ser proclamado candidato en la Convención Nacional Republicana de julio en Wisconsin. En Iowa ha sumado apenas 20, pero el ‘supermartes’ podría tener esa cifra a tocar.
“La carrera podría terminar en marzo”, dijo Hall, cuando todavía quedarían más de la mitad de estados por votar y un calendario de tres meses de primarias.
Para Cornfield, este dominio de Trump recuerda al que tienen los presidentes cuando enfrentan oposición en las primarias para presentarse a un segundo mandato.
“Trump actúa como si fuera el actual presidente. Se niega a debatir. Y ahora mismo muchos republicanos parecen estar de acuerdo con su autovaloración”, concluyó.