Las elecciones del domingo en Argentina dejaron un Congreso fragmentado. La peronista Unión por la Patria (UP), cuyo candidato presidencial, el ministro de Economía, Sergio Massa, ganó la primera vuelta con 36.6%, perdió 10 escaños, pero quedará desde diciembre como primera minoría de la Cámara de Diputados, con 108 de las 257 bancas.
Si Massa se impone en el balotaje, el peronismo necesitará más de una veintena de diputados opositores para asegurarse el quórum mínimo de 129 diputados para deliberar y debatir leyes.
La Libertad Avanza (LLA), liderada por Javier Milei (30%), quien competirá con Massa en la segunda vuelta electoral el 19 de noviembre, tenía sólo 3 diputados desde 2021, incluyendo al propio candidato, pero el domingo ganó otras 35 bancas, para sumar 38.
La segunda fuerza en la cámara baja seguirá siendo la coalición centroderechista Juntos por el Cambio (JxC), cuya candidata Patricia Bullrich (23,8%) quedó fuera del balotaje. La bancada tendrá 93 diputados (ponía en juego 55 y sólo retuvo 31).
Una eventual alianza de los diputados de LLA con los de JxC, como la propuesta inmediatamente tras las elecciones por Milei, les aseguraría una ajustada mayoría de la cámara baja frente al peronismo.
La composición de Diputados se completa con 7 peronistas disidentes, 6 de partidos provinciales y 5 de izquierda.
En el Senado, de 72 bancas (tres por cada una de las 23 provincias y tres por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires), el peronismo desplazó a JxC como primera minoría al asegurarse 34 bancas (tenía 31). El quórum para deliberar es de 37 bancas. La coalición derechista de Bullrich, en cambio, perdió 9 senadurías y quedó segunda, con 24.
CON MIRAS AL BALOTAJE
Lo que se disputa es cuál va a ser el marco de la elección que viene: si como plantea Milei ‘continuidad vs cambio’; o como plantea Massa ‘gobierno de unidad nacional vs salto al vacío’”, declaró para AFP Sergio Morresi, catedrático y Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de San Pablo.
No bien conocido el resultado, Milei mostró cambio de estrategia y recogió la principal espada de campaña de Bullrich: “Terminar con el kirchnerismo”.
Pero la jugada tiene dilemas. “Massa no es kirchnerista. Massa es massista”, aclaró Morresi. Massa dice ‘yo no soy responsable de las luchas culturales que haya impulsado el kirchnerismo’, él habla de su futuro gobierno, no de este gobierno, habla de una alianza más amplia, no de llevar el kirchnerismo de vuelta al poder”, agregó Morresi.
En tanto, Shila Vilker, directora de la consultora de opinión pública Trespuntozero, explicó para Reuters que “Milei va a necesitar, lo mismo que Massa, buscar alianzas con otros sectores políticos. Massa viene planteando muy fuerte desde hace tiempo la idea de un Gobierno de unidad nacional”.
Para el caso de Milei, la cosa parece un poco más difícil porque se ocupó sistemáticamente de insultar a todo adversario posible”, añadió.