La Policía israelí detuvo al escritor y exdiplomático mexicano Andrés Roemer, acusado de abuso sexual por decenas de mujeres y prófugo en Israel, y con varias solicitudes de extradición en su contra por parte de México.
Tras su arresto, la Justicia israelí tomará una decisión final sobre si lo extradita o no.
Roemer -que vivía desde hace varios años en Israel y tiene origen judío- fue arrestado después de que el departamento internacional de la Fiscalía estatal israelí presentara al Tribunal de Distrito de Jerusalén una petición para su extradición, informó el Ministerio de Justicia israelí en un comunicado.
La Fiscalía israelí lo considera “extraditable a México por los delitos de violación que se le atribuyen en la solicitud de extradición”, y formalizó una petición “de detención en espera de una decisión final” sobre su posible retorno a México.
Desde 2021, México presentó a Israel un total de cinco solicitudes de extradición formales contra Roemer, acusado de abuso sexual agravado y violación.
En febrero de 2021, más de una decena de mujeres rompieron su silencio al acusar al escritor de abusos sexuales y comportamientos inapropiados, mientras que la agrupación Periodistas Unidas Mexicanas (PUM) recopiló más de 60 denuncias.
En 2022, la Interpol emitió también una ficha roja para buscar y detener al diplomático, acusado de citar a sus presuntas víctimas en su casa con excusas laborales para después realizar tocamientos e insinuaciones y, finalmente, ofrecerles dinero.
En años anteriores, México no recibió respuesta de Israel a sus peticiones de extradición, y el año pasado envió una carta a las autoridades israelíes solicitando directamente su cooperación, según medios mexicanos.
Roemer fue embajador de México ante la UNESCO y en 2016 fue destituido de su cargo tras no seguir la postura de su país y abstenerse en una resolución presentada por países árabes sobre la Explanada de las Mezquitas (Monte del Templo para los judíos), situada en Jerusalén Este ocupado.
Israel criticó la resolución y alegó que negaba todo vínculo entre el recinto (el tercer lugar más sagrado del islam y el primero para el judaísmo) y el judaísmo, al limitarse el texto a considerar la mezquita de Al Aqsa como un lugar de culto musulmán.
Ante ello, la posición tomada por Roemer fue alabada por las autoridades israelíes y instituciones judíos de todo el mundo.
Recibió también el reconocimiento del actual primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y de la ciudad israelí de Ramat Gan, que incluso nombró una calle con su nombre.
A su vez, fue reconocido por grupos judíos de envergadura mundial como el Centro Simón Wiesenthal.