Febrero es un mes importante para Venezuela y los venezolanos. Varios patriotas de los siglos XIX y XX nacieron este mes, y también sucedieron hechos fundamentales de nuestra historia, como lo fue la Batalla de la Victoria de 1814.
Lamentablemente en nuestros días, febrero significa el comienzo de la debacle de nuestro país, primero con la intentona golpista de Hugo Chávez en 1992 y, años más tarde con su toma del poder por las vías democráticas, en 1999.
De esa primera fecha, han pasado 30 años ya. El 4 de febrero de 1992 fue el primer gran golpe a la democracia venezolana, cuando unos militares decidieron tomar el poder por la fuerza y asesinar al presidente de la República, Carlos Andrés Pérez.
No lograron acabar con la vida del primer mandatario, ni con la de su esposa e hijas que resistieron en el Palacio de Miraflores los ataques de hombres armados.
Pero lamentablemente decenas de inocentes no corrieron con la misma suerte y fueron asesinados por los golpistas. Por esos mismos que, una vez en el poder, decidieron también matar a la democracia venezolana que con errores, desaciertos y problemas, había sido una de las más longevas, estables e importantes de la región.
Seis años después de aquella fatal madrugada, en 1998, Hugo Chávez ganó las elecciones presidenciales. Esta vez decidió usar los mecanismos democráticos para tomar el poder, en el que estuvo hasta su muerte.
Fue en 1999, específicamente el 2 de febrero, cuando Chávez juró como presidente de Venezuela. En la historia de las naciones hay fechas que se celebran con algarabía, pero también hay fechas que lamentamos con profundo dolor, y si tenemos una, los venezolanos, es precisamente esa en la que un grupo de personas que no creían en la democracia, pero sabían que para destruirla debían usarla, llegaron al poder. Antes destinaron las armas de la República para intentar tomar el poder por la fuerza, y hoy las usan para no perderlo.