Occidente actuará con rapidez, decisión y unidad si Rusia invade Ucrania, dijo el lunes el canciller alemán Olaf Scholz antes de reunirse con el presidente estadounidense Joe Biden, luego de que Estados Unidos advirtió de que Moscú podría avanzar en días o semanas.
Scholz, criticado en su país y en el extranjero por lo que se considera un liderazgo insuficiente en la crisis, dijo a periodistas en Washington que Rusia pagaría un precio muy alto si invade Ucrania, mientras su ministro de Defensa anunció planes para enviar hasta 350 tropas más a Lituania.
“La cuestión es actuar de forma rápida, ágil y decisiva, y sobre todo, de forma unida”, dijo Scholz. “Habrá que pagar un precio muy alto si Ucrania es atacada militarmente”.
Rusia ha desplazado más de 100,000 soldados cerca de su frontera con Ucrania, pero niega que esté planeando una invasión. Funcionarios estadounidenses dicen que un ataque podría ocurrir en días o semanas.
El líder alemán, cuya popularidad ha caído 17 puntos porcentuales en las últimas semanas al aumentar la tensión con Moscú, tiene previsto visitar tanto Ucrania como Rusia la próxima semana, tras reunirse esta semana con Biden, funcionarios de la Unión Europea y los jefes de los países bálticos.
Scholz dijo que Alemania estaba trabajando estrechamente con Estados Unidos y sus aliados para ultimar sus planes de sanciones, pero dijo que los esfuerzos para resolver la disputa diplomáticamente también se estaban empezando a sentir.
“Se trata de evitar una guerra en Europa”, dijo Scholz a ARD antes de su partida, añadiendo que su primera reunión como canciller con Biden implicaría un “trabajo político duro y real”. Ambos se reunieron en Roma en octubre, durante una cumbre de líderes del Grupo de los 20, cuando Scholz aún era ministro de Economía.
La relación Biden-Scholz podría ser fundamental en un momento en el que el presidente francés, Emmanuel Macron, aún no ha declarado si se presentará a las elecciones dentro de tres meses, y cuando el primer ministro británico, Boris Johnson, está sumido en una crisis interna.
Funcionarios estadounidenses restaron importancia a las diferencias con Alemania, que depende de Rusia para obtener gas natural, y dijeron que Washington había estado coordinando estrechamente con Berlín y la UE un “paquete rápido y severo de sanciones” para imponer a Rusia en caso de invasión.