En tan solo unas semanas será Navidad, por lo que el espíritu festivo de estas fechas ya inunda la atmósfera con villancicos, luces, colores, abetos adornados y demás ornamentos propios de la temporada que taren consigo abrazos, regalos, cenas y felicitaciones.

La Navidad se ha convertido en una época muy esperada por miles de personas y también de niños, quienes esperan con ansias la llegada de la Noche Buenaen la que reciben regalos ya sea de parte del niño Jesús o de Santa Claus, siendo este último uno de los protagonistas de las fiestas decembrinas.

Es por eso que, a unos días de que el mundo celebre la Navidad un grupo de científicos se dio a la tarea de reconstruir el rosto de este singular personaje que año con año hace felices a miles de pequeños al llegar, a bordo de su trineo jalado por renos, durante la madrugada y dejar increíbles regalos debajo del arbolito.

¿Cómo lucía Santa Claus, según la ciencia?

Por primera vez en casi mil 700 años, las personas podrán conocer el verdadero rostro del hombre que inspiró a Santa Claus luego de que los científicos reconstruyeron su imagen a partir de su cráneo.

San Nicolás de Myra fue un santo cristiano que se dedicaba a dar regalos y que inspiró la figura popular holandesa de Sinterklaas, que más tarde se convertiría en Santa Claus en todo el mundo, posteriormente, esta figura se fusionó con Papá Noel inglés, asociado con fiestas y juegos, más que con regalos, para crear el personaje que los niños adoran en la actualidad.

El paso del tiempo impidió que se pudiera rescatar alguna imagen de San Nicolás, y la mayoría de las representaciones datan de siglos después de su muerte en el año 343 d. C., sin embargo, gracias a la ciencia, su rostro puede verse por primera vez desde los días del Imperio Romano Tardío, después de que expertos reconstruyeran sus rasgos usando su cráneo.

De acuerdo con los autores de estudio, se trataba de un “rostro fuerte y gentil” y que curiosamente es compatible con el rostro ancho descrito en el poema de 1823, “Una visita de San Nicolás”, conocido como “Twas The Night Before Christmas”.

“El cráneo tiene un aspecto muy robusto, generando un rostro fuerte, ya que sus dimensiones en el eje horizontal son mayores que el promedio, lo cual dio como resultado un “rostro ancho” curiosamente compatible con el poema de 1823… Esta característica, combinada con una barba espesa, recuerda mucho a la figura que tenemos en mente cuando pensamos en Papá Noel”, dijeron los expertos.

Para crear el rostro, el equipo uso datos recopilados en 1950 por Luigi Martino, con autorización del Centro Studi Nicolaiani, a partir de estos datos, reconstruyeron el cráneo en 3D y trazaron el perfil de la cara utilizando proyecciones estadísticas.

El resto de los rasgos se completó gracias a la técnica de deformación anatómica, en la que se ajusta la tomografía de la cabeza de una persona viva para que el cráneo del donante virtual coincida con el del santo.

El resultado son dos conjuntos de imágenes: uno objetivo en escala de grises y otro más artístico, añadiendo rasgos como barba y ropa, inspirados en la iconografía de San Nicolás, en donde además de revelaron otros datos.

 “Aparentemente sufría de artritis crónica severa en la columna y la pelvis, y su cráneo mostraba un engrosamiento óseo que podía causar frecuentes dolores de cabeza”, explicaron.

¿Quién fue San Nicolás?

Según José Luís Lira, experto en vidas de santos, y coautor del estudio, explicó que San Nicolás fue un obispo que vivió en los primeros siglos del cristianismo y tuvo el coraje de defender y vivir las enseñanzas de Jesucristo, incluso a riesgo de su vida.

“Ayudó a los necesitados con tanta frecuencia y eficacia que cuando la gente buscaba un símbolo de bondad para Navidad, la inspiración venía de él. Su recuerdo es universal no sólo entre los cristianos, sino entre todos los pueblos”, dijo.

El experto en santos también explicó que la imagen de Papá Noel como se conoce en la actualidad, se basa en una ilustración de Thomas Nast para la revista Harper’s Weekly a principios de 1863, inspirado en el poema “Una visita de San Nicolás” del autor Clement Clarke Moore.

A partir de entonces surgió la noción del Santa Claus con mejillas sonrosadas, su reno, su trineo, su saco de juguetes y la “cara ancha”.

En vida, San Nicolás fue obispo de Myra, en lo que hoy es Turquía, y se le atribuyen varias hazañas, entre ellas, salvar a tres muchachas de la prostitución pagando una dote por cada una y permitiéndoles casarse.

Tras morir en Myra, sus restos fueron trasladados a Bari, en Italia, donde permanecen hoy.

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