Los microplásticos son los invasores silenciosos de nuestro mundo. Estas diminutas partículas de plástico, que miden menos de cinco milímetros, se han infiltrado en todos los rincones de la Tierra desde las profundidades de los océanos, pasando por las montañas y hasta en nuestro propio organismo.
Los efectos nocivos en los tejidos humanos aún están por esclarecerse, pero lo que sí es una certeza es que cada vez hay más microplásticos tanto en el aire que respiramos como en el agua y los alimentos que ingerimos y que pueden ser un peligro para la salud humana debido a su mayor capacidad para absorber toxinas y penetrar las barreras biológicas dentro del cuerpo humano.
Su ubicuidad y la gran cantidad de fuentes de las que pueden provenir, incluida la descomposición de desechos plásticos más grandes o de fibras sintéticas de la ropa, hace de este desecho un material imparable y, una vez liberados al medio ambiente, persisten durante décadas, adentrándose en nuestra cadena alimentaria.
¿Cuántos microplásticos bebemos?
En respuesta a esta creciente preocupación, un equipo de científicos de la Universidad de Columbia Británica en Canadá ha desarrollado un dispositivo portátil y asequible que puede medir con precisión cuántas partículas microplásticas han sido liberadas de artículos cotidianos como una simple botella de agua de plástico.
La herramienta de bajo coste detecta partículas de plástico que van desde los 50 nanómetros hasta los 10 micrones y en cuestión de minutos. No hay que esperar un proceso caro y complicado para analizar el líquido, sino que, junto con una aplicación, el dispositivo utiliza un etiquetado fluorescente para detectar partículas plásticas que, obviamente, son demasiado pequeñas para que las detectemos a simple vista.
“La descomposición de piezas de plástico más grandes en microplásticos y nanoplásticos presenta amenazas significativas para los sistemas alimentarios, los ecosistemas y la salud humana”, explico Tianxi Yang, creador de la herramienta. “Esta nueva técnica permite una detección rápida y económica de estos plásticos, lo que podría ayudar a proteger nuestra salud y ecosistemas“.
Detección rápida, accesible y confiable con tu móvil
Para crear este dispositivo, los investigadores crearon una pequeña caja biodegradable impresa en 3D que contenía un microscopio digital inalámbrico, una luz LED verde y un filtro de excitación. Crearon una versión personalizada y mejorada con inteligencia artificial del software MATLAB para medir los plásticos, combinado con un software de captura de imágenes.
El resultado es un dispositivo portátil que puede utilizarse con un smartphone o incluso otros aparatos móviles para identificar partículas de plástico en una muestra líquida.
Además, la cantidad necesaria es muy pequeña: esta herramienta requiere apenas una gota de agua para el examen y provoca que las partículas de plástico emitan fluorescencia bajo la luz LED verde del microscopio, lo que facilita su visualización y medición. Cualquier persona puede entender el resultado del procesamiento de la herramienta si tienes curiosidad por saber cuántos microplásticos hay en tu café, por ejemplo. “La lectura muestra si hay plásticos presentes y en qué cantidad”, dicen los autores, cuyo estudio ha sido recogido en la revista ACS Sensors.
En las pruebas de laboratorio con vasos de poliestireno desechables, los resultados mostraron que los vasos liberaron cientos de millones de partículas de plástico de tamaño nanométrico, aproximadamente una centésima parte del ancho de un cabello humano e incluso más pequeñas.
Aunque por el momento, el dispositivo está entrenado para detectar plástico de poliestireno, es capaz de medir otros tipos de plásticos como el popular polipropileno o el polietileno; solo es necesario un pequeño ajuste del algoritmo de aprendizaje automático.
¿Qué será lo siguiente?
Los científicos ven potencial para comercializar este dispositivo en el mundo real, y que sirva de disuasorio para crear más productos de plástico, ya que, tal y como apunta Yang, “para reducir la ingestión de plástico, es importante considerar evitar los productos plásticos a base de petróleo optando por alternativas como el vidrio o el acero inoxidable para los envases de alimentos. El desarrollo de materiales de embalaje biodegradables también es importante para reemplazar los plásticos tradicionales y avanzar hacia un mundo más sostenible”.
La infiltración de microplásticos en nuestros cuerpos y en el medio ambiente es un duro recordatorio de la naturaleza omnipresente de la contaminación plástica. Para reducir la contaminación por microplásticos es necesario concienciar y educar sobre las fuentes y los efectos de los microplásticos en el mundo, que los políticos implementen normativas para reducir la producción del plástico y mejoren la gestión de residuos y reducir la dependencia de los plásticos, sobre todo los de un solo uso.