La judoca mexicana de origen británico Prisca Guadalupe Awiti Alcaraz, se consagró subcampeona olímpica este martes 30 de julio al realizar una proeza: Se coronó como la primera mexicana en ganar una medalla en este deporte en la historia de los Juegos.
Y, además, fue la medalla de plata en la categoría -63 kilogramos, en la que contaba con grandes rivales, como la principal favorita a la corona olímpica, la local Clarisse Agbenegnou, quien llegaba a estos Juegos como campeona en Tokio 2020; o su rival en la final, la eslovena Andreja Leski, subcampeona del mundo en el 2023 y 2021.
En la final, la mexicana se había puesto en ventaja con un Waza-Ari a falta de 3:30 minutos para el final del duelo, pero la eslovena respondió con un Ippon por inmovilización para consagrarse finalmente como campeona olímpica con un triunfo por 10-1.
La cita de Awiti Alcaraz con la historia parece ser recurrente: consiguió el mejor resultado de México en un Mundial de judo en el 2023 (quinto lugar) y fue la única representante mexicana en judo en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Awiti, que estuvo cerca de dejar el judo tras dos graves lesiones, siguió demostrándose a sí misma y al mundo por qué no lo hizo: Este martes 30 de julio, la judoca, de 28 años de edad y que representa a México desde el 2017, escribió su nombre en el libro ilustre del deporte mexicano.
¿QUIÉN ES?
Prisca Guadalupe Awiti nació en Londres en 1996, y su nombre ya da una pista de sus raíces mexicanas. Su padre es keniano, pero su madre nació en León, Guanajuato, y con solo unos meses de vida hizo su primer viaje a México.
Prisca empezó a practicar judo con ocho años por una discusión con su hermano. Era él quien hacía judo. A ella le gustaba la gimnasia, hasta que un día discutieron cuál era el deporte más difícil. A raíz de aquella conversación, decidió probar el judo. Y le encantó.
Durante un tiempo, Prisca Awiti compaginó el judo con la gimnasia, hasta que después de realizar unas pruebas físicas le dijeron que a partir de los 12 años sería demasiado alta para seguir compitiendo al más alto nivel. Y el judo, que era su deporte secundario, se convirtió en su prioridad.