Los mexicanos en EE.UU. votarán para las presidenciales de su país este domingo con un sentimiento de “olvido” por haber quedado fuera de las propuestas de los tres candidatos y con la sensación de que las opciones de este año son “poco prometedoras”, aseguran a EFE representantes de esa comunidad.
“A los partidos lo que les interesa son dos cosas, el presupuesto y votos, y los migrantes no representamos ni una cosa ni otra. Por lo tanto no nos tienen miedo, ni les importa quedar mal con nosotros”, asegura Avelino Meza, secretario general de la asociación apartidista Fuerza Migrante.
Según el Instituto Nacional Electoral (INE), 258 mil 461 personas podrán ejercer su voto desde el extranjero en estas elecciones, las más grandes de la historia, con 97 millones de personas llamadas a las urnas.
Hasta el 26 de mayo la institución reportó que había recibido más de 93 mil votos por correo o en línea y se prevé que unas 16 mil personas acudan a votar presencialmente a las 23 sedes consulares el 2 de junio, día de las elecciones.
Meza, quien desde la fundación ha impulsado el voto extranjero y luchado por tener representación migrante en el congreso mexicano, cree que al menos 150 mil votarán, frente a los 98 mil 470 registrados en 2018, cuando ganó Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
María Elena, profesora de 61 años, considera que estas elecciones han estado marcadas por la “falta de profesionalismo” de parte de los tres contendientes a la presidencia: Xóchitl Gálvez (PRI-PAN-PRD), Claudia Sheinbaum (Morena) y Jorge Álvarez Máynez (Movimiento Ciudadano).
“Vi todos los debates pero era una peleadera entre unos y otros, les faltó seriedad”, dice a EFE la mujer nacida en Michoacán que lleva 35 años en Victorville, California.
Aunque se considera apartidista, ha votado por la opositora Gálvez porque tiene la percepción de que en el oficialista Morena “todos son muy deshonestos“.
También explica que la sensación de inseguridad en sus visitas a México ha incrementado y que es un tema que le preocupa, pues uno de sus deseos es pasar la mitad del año en México cuando se retire.
A Hanna, de 37 años, residente en Boston y originaria de la Ciudad de México, se le pasó la fecha de registro y como en dicha ciudad no habrá una sede presencial para emitir su voto se quedará sin emitirlo.
“Yo no he tomado ningún bando, pero cuando estuvo gobernando en la delegación en la que yo vivía hizo muchas cosas buenas de las que me beneficié y en mi caso yo no he visto a los demás partidos favoreciendo a la gente”, comenta a EFE.
También explica que uno de los temas que más le preocupan de México son los feminicidios, 5 mil en el sexenio de AMLO.
Pero Hanna también confiesa que al vivir en EE.UU., sin papeles desde hace aproximadamente cinco años, le preocupan más las presidenciales estadounidenses del 5 de noviembre, en las que competirán el actual presidente, Joe Biden, y el exmandatario Donald Trump.
“Las elecciones en EE.UU. van a tener un impacto dramático para cualquiera que asuma la presidencia en México y creo que los candidatos no son conscientes de ello”, cuenta a EFE el analista político y profesor retirado de Estudios Latinoamericanos en la Universidad Pomona, Miguel Tinker Salas.
Severiano Iturbide, de 51 años, originario de Puebla y residente de la ciudad de Santa Ana, California, cree que es una lástima que por ley los candidatos no puedan realizar campaña en Estados Unidos.
Después de cumplir con sus ocho horas diarias de trabajo en construcción, Iturbide acude a restaurantes y al consulado mexicano para apoyar a la gente en la realización de trámites e informar sobre la importancia del voto en estas elecciones.
Este domingo será observador electoral en Santa Ana, y eligió el voto presencial para revivir la última experiencia electoral que vivió en México en el año 2000, cuando Vicente Fox ganó las elecciones.
Aunque prefiere no decir por quién va a votar, asegura que le emociona que sea una mujer quien vaya a tomar las riendas del país.
“Gane quien gane, vamos a tener a la primera presidenta de México, creo que eso nos da la oportunidad de quitarnos el cliché en el que nos tienen en el mundo de que somos machistas”, apuntó.