Los poseedores de los palcos y plateas del Estadio Azteca, donde en 2026 se disputarán cinco partidos del Mundial de futbol, están preparando acciones legales para defender su derecho de utilizar esos espacios durante este evento deportivo, luego de que la Federación Mexicana de Futbol (FMF) se los ofertó a la FIFA sin que Televisa, la empresa que entonces era la dueña de este inmueble, hubiera llegado primero a un acuerdo con ellos.
“Los palcohabientes del Estadio Azteca son las personas más poderosas de este país: empresarios, políticos, jueces, ministros. Tenemos un poder muy fuerte. Nos estamos preparando con un equipo de abogados para cualquier escenario”, advierte Roberto Ruano Ortega, secretario general de la Asociación Mexicana de Titulares de Palcos y Plateas, una organización que se creó hace nueve meses para defenderse de lo que consideran un abuso.
A los 2 mil afiliados que integran dicha asociación no les interesa llegar a un acuerdo económico, lo que quieren es ver desde su lugar la ceremonia de inauguración del Mundial que Estados Unidos, Canadá y México albergarán de manera conjunta, así como dos partidos más de la fase de grupos, un duelo de dieciseisavos y otro de octavos de final.
Ésta será la Copa del Mundo más larga de la historia con la participación por primera vez de 48 países que disputarán 104 juegos y la tercera ocasión que nuestro país será sede de la máxima competencia del futbol internacional.
Pero no todo es fiesta, ya que los poseedores de los palcos y las plateas del recinto ubicado en la Colonia Santa Úrsula, en la Ciudad de México, están inconformes con la nula comunicación y lo que consideran es un maltrato por parte de Futbol del Distrito Federal, SA de CV, empresa encargada de administrar el Estadio Azteca.
Ésta no les ha garantizado que podrán hacer uso de sus palcos y plateas pese a que los contratos firmados en 1962 entre dicha empresa y los compradores establecen como primer derecho el “acceso al Estadio Azteca durante 99 años, en las horas en que tengan lugar juego de futbol, funciones, eventos u otros espectáculos de cualquier naturaleza que sean a partir de la hora en que se permita la entrada al público hasta el momento en que se termine el espectáculo que se presente”.
La venta de palcos y plateas fue un mecanismo creado en 1962 por Emilio Azcárraga Milmo, hijo de Emilio Azcárraga Vidaurreta, fundador de Telesistema Mexicano, hoy Televisa, para financiar una parte de la construcción del Estadio Azteca. Los costos para adquirir un espacio en el inmueble fueron de entre ocho mil a 115 mil pesos de esa época.
El estadio, que tenía una capacidad para 110 mil espectadores, fue inaugurado el 29 de mayo de 1966. Actualmente, el costo de un palco o platea oscila entre los 15 y 20 millones de pesos, dependiendo del número de asientos que tenga.
A poco más de dos años del día de la inauguración de la Copa del Mundo 2026, los palcohabientes y platehabientes se enfrentan a la incertidumbre de si la FIFA le solicitó a la FMF entregar el estadio “limpio”. Hasta la fecha, Futbol del Distrito Federal no lo ha negado, pero tampoco lo ha confirmado a los interesados.
Asimismo, los afectados no tienen información acerca de la remodelación del inmueble deportivo, de la cual se ha hablado prácticamente desde que la FIFA confirmó que México es uno de los países sede y que 13 partidos se jugarán en territorio nacional en tres escenarios: el Estadio Azteca, el Akron de Guadalajaran y el BBVA de Monterrey.
Según información del propio Roberto Ruano Ortega y de la empresa Ollamani que ahora es la dueña del Estadio Azteca, este inmueble deportivo cuenta con 856 palcos y ocho mil 144 plateas, un total de nueve mil. El 10% de los palcos (85) y el 40% de las planteas (tres mil 257) son propiedad del estadio. El resto están bajo el control de los poseedores que pagaron por el derecho de usarlos.
De acuerdo con el libro de oferta (bid book) que las federaciones de futbol de Canadá, Estados Unidos y México entregaron a la FIFA para postular su candidatura como sedes de la Copa del Mundo 2026 en el Estadio Azteca se ofrecieron 300 palcos (luxury suites) en los que caben cuatro mil 800 personas.
Temor de perder su patrimonio
Ante la incertidumbre y la falta de respuestas, nació la Asociación Mexicana de Titulares de Palcos y Plateas que el futbolista en retiro y exalcalde de Coyoacán, Manuel Negrete, preside. Aunque Emilio Azcárraga Jean, presidente del Consejo de Administración de Grupo Televisa, también tiene un palco, no está afiliado a la asociación.
Ruano explica que dicha asociación nació para defender los derechos de los titulares ante el pésimo trato que reciben y los actos arbitrarios por parte de quienes administran el Azteca. Los preparativos para el Mundial de 2026 sirvieron para unirse.
“No sabemos nada respecto al tema de la remodelación del estadio, algo que nos concierne porque tiene que ver con nuestro patrimonio. Sabemos extraoficialmente que va a haber algunos titulares de palcos y plateas que se verán afectados por la remodelación. Hay temor de que los vayan a mover de lugar o incluso perderlos”, dice.
En febrero último, Emilio Azcárraga Jean declaró en el noticiario radiofónico “Así las cosas” de W Radio lo siguiente: “Se está platicando con los dueños de los palcos y plateas. El evento es organizado por la FIFA, no es un evento que hace el Estadio Azteca. También estamos viendo la remodelación, pero nos mantenemos en contacto con varios de las asociaciones de dueños”.
Agregó que para su padre, el famoso “Tigre” Azcárraga, fue muy importante la venta de los palcos para la construcción del inmueble y que siempre han respetado a los titulares de esos lugares, por lo que encontrarán la mejor solución para las partes.
Unos días después de esta entrevista Manuel Negrete se reunió con Joaquín Balcárcel, abogado de Televisa; con Félix Aguirre, director del Estadio Azteca, y con Justino Compeán, expresidente de la FMF, quien funge como el mediador entre Futbol del Distrito Federal y los poseedores de los palcos y plateas.
“Después de esa reunión de cortesía ya no pasó nada. Félix Aguirre sólo pidió que tuviéramos paciencia y que no hiciéramos ruido. Dijo que aún no tienen ninguna solución. Azcárraga Jean tampoco se ha acercado a los asociados. Nosotros tenemos claro que aquí la FIFA es la menos culpable porque presentó sus condiciones y alguien las aceptó, pero sin considerar nuestros derechos que son intocables”.
Este reportero solicitó una entrevista con Félix Aguirre, director del Estadio Azteca, para confirmar si deberán poner a disposición de FIFA el inmueble “limpio”. La respuesta la dio David Loera, titular de Comunicación Corporativa de Televisa, vía correo electrónico. Aseguró que Ollamani —la empresa creada tras la escisión de Grupo Televisa del Estadio Azteca, Editorial Televisa, Intermex y PlayCity— sería la responsable de aclarar cualquier duda, pero se limitó a decir que no podían comentar sobre un acuerdo en curso, que sí hay pláticas con los inconformes, así como con la FIFA, la cual, hizo hincapié, es la titular del evento, pero que confían en “llegar a un consenso adecuado para las partes involucradas”.
Una fuente dijo a Proceso que en su calidad de intermediario entre Televisa y algunos palcohabientes y platehabientes, Justino Compeán está llegando a acuerdos económicos compensatorios con algunos poseedores para que cedan sus lugares voluntariamente a la FIFA durante el Mundial. Esas negociaciones las realiza por debajo del agua con quienes sí están de acuerdo en no asistir a los partidos del Mundial.
También se solicitó una entrevista a la FIFA a través de la oficina de prensa. La contestación fue que a su debido tiempo se anunciarán detalles específicos sobre el acceso de los aficionados e información adicional sobre los partidos.
El bid book que Canadá, Estados Unidos y México entregaron a la FIFA para presentar la candidatura conjunta indica que los tres países ofrecerán comodidad y lujo a partir de asientos exclusivos tipo club hasta suites privadas de lujo y espacios premium, “todo idealmente diseñado para albergar a los líderes e invitados de la FIFA, dignatarios internacionales y a compradores de boletos premium”.
En semáforo amarillo
Roberto Ruano Ortega destaca que los afectados no se quedarán con los brazos cruzados por lo cual se están preparando por si la empresa que administra el Estadio Azteca prolonga la incertidumbre y ya con el Mundial en la puerta les digan que no tienen acceso a sus palcos y plateas.
“Estamos en la mejor disposición de dialogar porque si mejora el estadio también lo hará nuestro patrimonio, pero con el tiempo que han estado sin informarnos y sin acercarse a nosotros pensamos que no les interesamos. No vamos a ceder nuestros lugares. Ahorita nos encontramos en semáforo amarillo, estamos alertas, pero cuando veamos que las autoridades inician la obra de remodelación sin que estemos enterados pasaremos al rojo”.
El contrato que firmaron los poseedores de los palcos y plateas contempla que si no se pudieran presenciar en el estadio uno o varios espectáculos por cualquier otro motivo imputable a Futbol del Distrito Federal, SA de CV, ésta empresa estará obligada a pagar al titular de los derechos respectivos “una pena convencional equivalente al doble del importe de los boletos correspondientes a los asientos que no pudiera usar para ver dichos espectáculos”.
En 1962 dicha empresa firmó con los poseedores de los palcos y plateas contratos inominados de aportación para el derecho de acceso y uso, es decir, que al no tener nombre no tienen una regulación específica en la ley sino que se rige por las normas generales de la contratación.
El doctor en Derecho, Joaquín Dávalos Paz, quien se ha desempeñado como asesor, representante y apoderado legal en diferentes empresas, así como en distintas dependencias gubernamentales, explica que la empresa Futbol del Distrito Federal vendió el uso de acceso al Estadio Azteca, de tal manera que quienes pagaron por lo placos y las plateas no son dueños, sino poseedores por tiempo limitado (99 años).
El abogado precisa que si el Estadio Azteca le impide a los palcohabientes y platehabientes hacer uso de sus espacios durante los partidos de la Copa del Mundo 2026 cometería un incumplimiento de contrato. En este sentido argumenta que la FIFA no tiene derecho a avasallar las leyes mexicanas, pues ningún organismo deportivo está por encima de la soberanía nacional.
En su opinión la solución legal sería que los afectados interpusieran una demanda de interdicto de retener, la cual procede cuando un poseedor es perturbado en su posesión.
Por su parte, el investigador de la Universidad Iberoamericana, Samuel Martínez, especialista en la gestión de megaeventos deportivos, considera que la empresa Televisa, como dueña del Estadio Azteca cuando se presentó la candidatura para que México fuera una de los tres países sede del Mundial 2026, es capaz de aceptar cualquier condición impuesta por la FIFA con tal de que ésta le permitiera firmar contratos por derechos de transmisión para ese Mundial, así como de las Copas del Mundo de 2030 y 2034.
“La FIFA negocia de la manera que mejor le conviene y va a cuidar sus intereses. Se da el lujo de romper las leyes locales de cada país que sea sede. Lo hizo en Brasil 2014”, dice Martínez.
En ese país la FIFA pidió al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff que cediera para vender cervezas en los estadios para cumplir con el contrato que tiene con Budweiser, uno de sus principales patrocinadores.
El ministro de Deportes de Brasil, Aldo Rebelo, dobló las manos y suprimió el ‘Artículo de Estatuto del Aficionado’ que prohibía la venta y consumo de bebidas alcohólicas en los estadios, el cual se implementó para tratar de contener la violencia que había en el país en torno a los partidos de futbol.
Otras condiciones contractuales violadas
Los contratos que los palcohabientes y platehabiente firmaron con Futbol del Distrito Federal establecen que tienen derecho a estacionar gratuitamente dos automóviles en el espacio que se les asigne y que pueden circular en el interior del estadio. Para ello cuentan con dos tarjetones y también tienen derecho a ir “al restaurante y al club” del recinto deportivo que, no obstante, no existen.
También señala que la empresa se obliga expresamente a que en el Estadio Azteca tengan lugar todos los juegos ordinarios o extraordinarios, de carácter nacional o internacional, en los que participen cualquiera de los equipos América, Atlante o Necaxa.
“Desde la inauguración del estadio y hasta 1985 los titulares podían circular en el interior del inmueble, pero un año después, por solicitud de la FIFA, dejaron de hacerlo para salvaguardar la seguridad de los peatones. Nos dijeron que de manera provisional nos darían estacionamientos externos en lo que concluía el Mundial de 1986.
Pero no fue así, después nos mandaron oficios de Protección Civil en donde se estipula que ya no podía haber estacionamientos adentro por seguridad de la afición. Tres años después vendieron esos lugares, así que si quieres acceder con tu auto al interior debes pagar 20 mil pesos. Es puro negocio.
“En cuanto al club social y el restaurante, ninguno de los dos existe. Sobre el canje de tarjetas para el estacionamiento nos cobran mil pesos anuales para cambiarlas. Y ni qué decir de los tres equipos de futbol de Primera División: Atlante se fue a Cancún en 2007, Necaxa a Aguascalientes en 2003 y sólo queda el América”.
Ruano revela que en los últimos años la empresa Futbol del Distrito Federal ha ejercido presión para que los palcohabientes y platehabientes canjeen sus antiguos títulos por unos nuevos con la excsusa de que están dañados y viejos. “Algunos han caído, y en los nuevos les han quitado derechos. Yo tengo el título original y no lo cambiaré”.
1970 y 1986 sí pudieron usar los palcos
En 1970 el Estadio Azteca recibió 10 partidos de la Copa del Mundo y tanto palcohabientes como platehabientes disfrutaron sin inconveniente de cada uno de ellos haciendo uso de su derecho, pero para el Mundial de 1986 Emilio Azcárraga Milmo quiso cambiar la jugada por la misma situación que se presenta hoy.
“En 1985, Azcárraga Milmo mencionó que en su cuaderno de cargos la FIFA le pedía estadios ‘limpios’, o sea, quería que los palcohabientes compráramos los boletos para que la FIFA no perdiera dinero. Nos reunimos cerca de 20 propietarios de palcos y plateas y manifestamos que ya habíamos pagado por nuestro lugar y que era nuestro derecho entrar a todos los encuentros. Nos dijo que si no estábamos dispuestos a pagar se llevaría los nueve partidos del Azteca al estadio La Corregidora, en Querétaro”, recuerda Ruano.
Tres semanas después se reunieron nuevamente con “El Tigre” y cada propietario llevó su título para exigir su derecho de asistir a los partidos programados en la Ciudad de México. Azcárraga no pudo persuadirlos de cambiar de opinión. Al final, pudieron hacer uso de sus palcos y plateas, aunque Ruano desconoce a qué arreglo llegó el empresario con la FIFA.