El padre Filiberto Velázquez, director del Centro de Derechos de las Víctimas de Violencia ‘Minerva Bello’, pidió que el Gobierno se deje ayudar para resolver lo más pronto posible la ola de violencia que azota en Guerrero.
En entrevista con Joaquín López-Dóriga para su espacio en Radio Fórmula, Velázquez Florencio detalló que actualmente el Estado mexicano ve a quienes son mediadores para lograr treguas de paz con criminales como “enemigos” o “abogados del diablo“.
Necesitamos echar mano de todo pero el Estado tiene que dejarse ayudar y no vernos como enemigos o abogados del diablo”, dijo.
“Piensan que los estamos atacando, yo no estoy atacando, yo no quisiera que el Gobierno fallara al contrario, ojalá que tenga existo este Gobierno morenista pero se debe dejar ayudar de la sociedad civil y las iglesias, no lo hacemos con mala gana. Tenemos que echar mano de todos”, puntualizó.
En la previa, el sacerdote defensor de los derechos humanos dio a conocer que los los líderes de los grupos criminales Los Tlacos y la Familia Michoacana pactaron una tregua en Guerrero, tras la ola de violencia de las últimas semanas, que puso en jaque incluso a la capital del estado, Chilpancingo.
El director del Centro de Derechos de las Víctimas de Violencia ‘Minerva Bello’ expuso que dicha tregua se alcanzó por iniciativa de los propios líderes criminales, pero que aún falta por pacificar muchas zonas de la entidad, como el puerto de Acapulco.
Hay 16 grupos en el estado y se logró pacificar la región centro con Los Tlacos y los Ardillos, y la región norte y la Tierra Caliente con Los Tlacos y la Familia Michoacana, faltan las demás zonas. Acapulco es algo trágico, pero no sabría como entrarle, es una ciudad portuaria más compleja aún”, declaró.
“Vemos un precedente, no sé si en otro estado, pero es un precedente para otros grupos que se pueda llegar a este tipo de cese a la violencia, quisiera que fuese un cese de actividades delictivas, pero eso ya no nos corresponde a nosotros”, indicó.
Velázquez Florencio lamentó que el pueblo de Guerrero esté pasando por una violencia atroz como la de las últimas semanas, y apuntó que el hecho de que integrantes de la Iglesia católica hayan mediado con grupos criminales es por el grito desesperado de la ciudadanía, que clama por la paz ante la inacción de los Gobiernos federal y estatal.
“Pobre pueblo de Guerrero que ha pasado estas situaciones adversas (…) Creo que eso es un grito desesperado de la población, al final no es algo deseable, es lo que se puede hacer en estos momentos de crisis, imperar a las conciencias de estas personas para que puedan anteponer las armas y hacer un diálogo. Que haya habido este arreglo era ante una emergencia”, enfatizó.
Es un arreglo que ellos tomaron, fue una iniciativa de ellos, después del día miércoles y esperemos que dure mucho”, agregó.