El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, agradeció este jueves al presidente Andrés Manuel López Obrador por los esfuerzos que emprendió México que llevaron a la extradición del narcotraficante Ovidio Guzmán.
En el encuentro, celebrado en Palacio Nacional, el secretario Blinken y el presidente mexicano discutieron los desafíos que enfrentan México y Estados Unidos en materia de migración y tráfico de fentanilo y armas.
“El secretario Blinken y el presidente López Obrador marcaron otro año de discusiones productivas y logros compartidos resultantes de los diálogos anuales de alto nivel de nuestros dos países sobre economía y seguridad”, aseguró el Departamento de Estado estadounidense en un comunicado.
El mandatario recibió en el Palacio Nacional a una delegación estadounidense encabezada por Blinken, quien visitó el país con motivo de la reunión del Diálogo de Alto Nivel en Seguridad.
López Obrador dijo durante el encuentro que le dio “mucho gusto” recibirlos porque ambos gobiernos han estado trabajando de “manera conjunta” en muchos asuntos, según consta en un video publicado por el presidente en redes sociales.
“Nos importa mucho esta comunicación, relación de entendimiento y amistad. Vamos mucho muy bien. Vamos a poder los dos países enfrentar nuestros problemas y dificultades”, expresó.
Blinken está acompañado por el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas; el fiscal general, Merrick Garland, y la asesora de Seguridad de la Casa Blanca, Liz Sherwood-Randall.
El encuentro, convocado para abordar la crisis de tráfico de fentanilo y el auge de los flujos migratorios en la frontera, quedó marcado por la decisión de la Administración del presidente estadounidense, Joe Biden de reforzar “de inmediato” el muro fronterizo en zonas del valle del Río Grande, una de las áreas con más cruces de personas.
López Obrador expresó en su rueda de prensa matutina de este jueves su inconformidad con esta medida y recordó que Biden había sostenido hasta ahora que no construiría muro.
Poco después, el mandatario estadounidense reconoció que no cree que el muro sea una solución al problema migratorio, pero justificó que los recursos para su construcción ya estaban adjudicados desde antes de su Administración y no los ha podido redirigir.