La industria automotriz de México espera una “pronta solución” a la huelga que declaró la semana pasada la Unión de Trabajadores Automotrices de Estados Unidos (UAW, por sus siglas en inglés) para demandar mejores salarios y prestaciones laborales de Ford, General Motors y Stellantis.
Esperamos que se llegue a una pronta solución para beneficio de la industria y la región”, dijo este lunes en un breve posicionamiento la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
El organismo señaló que el sector automotor mantiene una “fuerte integración” regional a lo largo de la cadena de valor, pero que de “momento” es “difícil” calcular los impactos que el paro de la industria estadounidense pueda tener para las fábricas mexicanas.
Esto, argumentó, porque la estimación depende de factores “como la duración de la misma, las líneas que paren, así como la cantidad de plantas afectadas”.
Refirió que la AMIA ve “con atención” los sucesos y está en constante análisis de la información que pueda surgir “tanto de empresas, sindicato y Gobierno” de Estados Unidos, y que mantiene comunicación continua con todos sus socios.
El sindicato y las tres empresas negocian desde julio la firma de un nuevo convenio colectivo para los próximos cuatro años, pero los trabajadores se quejan de que los fabricantes no están negociando de buena fe en un época en la que registran beneficios millonarios.
El sindicato reclama una subida salarial del 46 por ciento en cuatro años, la instauración de nuevo de pensiones tradicionales, la reducción de la jornada laboral y la sindicalización de los trabajadores de las fábricas de producción de baterías.
La importancia de la industria automotriz para México radica en que representa casi el 4 por ciento del producto interior bruto (PIB) nacional y el 20.5 % del PIB manufacturero, más que ningún otro sector, según la AMIA.
México, además de ensamblar autos, también es proveedor de piezas, por lo que la Industria Nacional de Autopartes (INA) estimó que la huelga causará una pérdida de 76 millones de dólares ante la caída de la producción durante los primeros siete días.
La Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) estimó además que uno de cada 10 empleos en la frontera norte de México está en peligro por la huelga contra las grandes automotrices de Estados Unidos.