Por: Enrique Serna
Tras la polémica en torno a la casa de Xóchitl Gálvez, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, se manifestó en contra de destruirla pues no pretende hacer lo mismo de lo que ha padecido.
A los opositores se les debe ver como adversarios a vencer y no como enemigos a destruir, expuso. Se pronunció por buscar la conciliación y evitar campañas de linchamiento.
En ese sentido, negó que haya polarización social pues la población está contenta, mientras que la división se centra en la clase política pero es consustancial a la temporada electoral.
Sin embargo, la confrontación bajará pese a la cercania de los comicios, anticipó al insistir en serenar los ánimos y no enrarecer la vida política.