El fuerte olor a diesel se percibe cuando la temperatura se intensifica frente a los seis kilómetros de mar en playa Brasil. Elisa Rojas, una de las habitantes de Punta Conejo que limpia la arena, indica que el olor sale de la arena que luego de varios días terminó por ocultar el producto aceitoso derramado desde el 23 de octubre pasado.

No es la primera vez que Elisa Rojas, de 53 años, toma una pala y un rastrillo para levantar hidrocarburo de la playa de su pueblo. En los últimos dos años fue contratada en tres ocasiones por Petróleos Mexicanos (Pemex) mediante un programa de empleos temporales.

Ella y su hija se dedican a la venta de pescado y otros productos del mar, por lo que la constante contaminación afecta no sólo a su familia sino a los 400 habitantes de playa Brasil, agencia municipal del puerto de Salina Cruz, quienes viven de la pesca y el turismo.

“Hace dos años nos volvieron a contaminar, aunque fue leve. Pemex no limpió ni dio apoyos temporales; la arena, de manera natural enterró los desechos”, cuenta Ignacio Martínez a EL UNIVERSAL.

Los habitantes de playa Brasil, jóvenes y personas de la tercera edad que trabajan en la limpieza, entierran 10 centímetros las palas en la arena para luego crear pequeños montículos que colocan en las bolsas. Todos coinciden en que retirar la contaminación tardará más de un mes, así que la única entrada económica que tendrán será el pago que obtengan del empleo temporal; algunos quizá buscarán trabajo de obreros en Salina Cruz en lo que mejoran las cosas.

“Ellos no viven de la pesca”

A 10 minutos de esta playa está Guelaguichí, agencia de Santo Domingo Tehuantepec, una comunidad que tiene bajo su administración las playas La Escondida, Punta Chivo, La Mancuerna y El Castillo, espacios prácticamente vírgenes que sólo son explotados por pescadores y buzos de la comunidad.

Estas playas también recibieron el impacto del combustible derramado que, a decir de Manuel y Luis Sebastián Velásquez, buzos y mecánicos del pueblo, se trata de diesel combinado con algún aditivo, a juzgar por el olor.

Piensan que no se trata de crudo, aunque no tienen nada preciso, pues Pemex no ha emitido ningún informe oficial sobre el origen del derrame.

“Durante tantos años en el mar sabemos distinguir el crudo, la consistencia de éste en la playa por pasadas contaminaciones; deja una capa chiclosa en la arena, como derretido. En cambio, en esta ocasión, es de una fina capa aceitosa en la arena y en las rocas.

“Además, se filtró en la arena por la lluvia, por eso cuando sopla el viento se levanta el olor a diesel. Por eso es necesaria la limpieza de las playas, porque la contaminación está oculta, pero nos enteramos que la Marina dijo que no es grave la contaminación. No es grave para ellos que no viven de la pesca, pero para nosotros que es nuestro sustento, sí”, sentencia Manuel Velásquez.

Luis Sebastián, su hermano Manuel y el hijo de éste son parte del grupo de ocho buzos de la comunidad, que desde hace más de 20 años se dedican al buceo de apnea o libre, utilizando sólo un visor, aletas y conteniendo la respiración por dos minutos bajo el agua para obtener ostiones que están debajo de los peñascos, así como mejillones, pulpos y langostas que luego ofertan a los locales o entregan a los comercios de mariscos en el puerto de Salina Cruz.

Estos buzos también señalan, con molestia, que la contaminación por hidrocarburos de Pemex sucede casi una vez al año, no sólo de crudo sino también de aceite y otros materiales derivados del petróleo. Ellos aseguran que constantemente ven los residuos en las rocas y en la arena.

La nueva contaminación, señalan, los sacará del mar por lo menos durante dos meses hasta que esté completamente limpio, por lo que consideraron urgente que el gobierno, “a través de la instancia que sea”, implemente trabajos temporales para los afectados por el derrame, puesto que los peces que obtienen ya están contaminados y muchos de ellos morirán.

“Sabemos de daños al mar. En otras ocasiones regresamos al mar y al abrir los ostiones éstos tienen el olor desagradable; otros guardan capas negras del producto. Eso ya no lo podemos vender, es tóxico. Por eso sabemos que ahora pasará lo mismo y necesitamos la ayuda”, expone Luis Sebastián.

Guelaguichí no es la única comunidad afectada que solicitó empleos temporales para sus habitantes, también están los de Morro de Mazatán y Chipehua, poblaciones pertenecientes a Santo Domingo Tehuantepec que iniciaron bloqueos carreteros para presionar a Pemex. La instancia federal ofreció 400 empleos temporales para Salinas del Marqués, 180 para playa Brasil y 100 para Guelaguichí.

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