La reforma eléctrica es la más importante del sexenio, pues pone en juego el poder del Estado que quiere construir el presidente López Obrador y entra en ruta para ser discutida y aprobada por el Congreso de la Unión.
Los tiempos políticos presentan a personajes clave que, de ser culminada en los términos planteados por el Ejecutivo, marcará la comunicación política del gobierno, la relación con la IP nacional y extranjera, así como la narrativa de una victoria parcial del cambio de la 4T.
Especialistas en temas energéticos exponen el papel de legisladores y secretarios fundamentales para una ruta crítica, como el caso del morenista Manuel Rodríguez González, presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados.
“Él es el encargado de la elaboración del dictamen y la discusión en comisiones. Es decir, donde verdaderamente se cocinará la reforma más importante del sexenio.
Lo demás será la habitual rebatinga, quizá de días, pero donde los tomadores de decisiones ya se han puesto de acuerdo”, comentó el especialista Rodrigo Benedict.
El político tabasqueño ha sido cauto en las posturas públicas, pero activo en llevar el mensaje a territorio, donde celebra cada fin de semana asambleas informativas sobre las benevolencias de la reforma pues el pueblo pagará menos por la luz.
A pesar de que la reforma es constitucional y el Senado es cámara revisora, todo depende de cómo avance el dictamen en las comisiones que encabezará Rodríguez en San Lázaro, que, de lograrse, será clave.
Otro involucrado es Rubén Moreira, presidente de la Junta de Coordinación Política, quien ha mostrado voluntad política a pesar de los vaivenes en sus declaraciones, añade el también catedrático.
“El 17 de enero, para poner cierre a la inauguración el parlamento abierto, Moreira sentenció: ‘yo hago votos porque discutamos, encontremos coincidencias y, en su caso, vayamos a un debate muy informado al pleno, donde pongamos siempre por delante a México, a su soberanía, a su necesidad de energía limpia, barata, pero que sea de las y los mexicanos’, posteriormente hubo algunos amagos, pero finalmente accedió a discutir la reforma antes de que termine el periodo ordinario y, fundamentalmente, antes de que se realice a nivel nacional la revocación de mandato”.
Adicionalmente, Benedict destacó el papel de Ignacio Mier, quien pugna por encabezar la vocería de los diputados federales morenistas y por encauzar la discusión e interlocución con el resto de las fuerzas políticas en la cámara de diputados.
“Tiene la encomienda de conseguir los votos necesarios para que la reforma avance, primero en comisiones, y posteriormente en el debate en el pleno. Es conocedor de las estridencias que se suscitarán en la discusión del dictamen, deberá contar con los puentes de comunicación y vínculos políticos necesarios”, expresó.
Adicionalmente al trabajo legislativo, explica el académico, es de reconocer la tarea de secretarios de estado como el titular de Gobernación, Adán Augusto López Hernández y Manuel Bartlett, director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Por último, las declaraciones de Ken Salazar, embajador de Estados Unidos, cuyas posturas han tocado todos los puntos involucrados, desde los empresarios y cámaras estadunidenses, hasta el legítimo derecho del presidente a cambiar la ley, siendo, incluso un invitado habitual en eventos presidenciales.