El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtió esta jornada a Rusia que pagará “un alto precio” si usa armas químicas o biológicas en Ucrania y aseguró que Washington defenderá “cada pulgada” del territorio de los aliados de la OTAN.
En declaraciones a la prensa en la Casa Blanca, Biden también dijo que quiere evitar cualquier confrontación directa entre la OTAN y Rusia porque eso supondría el inicio de la Tercera Guerra Mundial.
Estados Unidos acusó este viernes a Rusia en el Consejo de Seguridad de responder a un guion ya preparado al señalar que Ucrania tiene un programa de armas biológicas y de llevarlo a cabo con ayuda de Estados Unidos, pero lamentó que esta tesis también la esté divulgando China “en apoyo de Rusia”.
La embajadora de EU ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, señaló ante el Consejo que, con sus acusaciones de armas biológicas, Rusia “utiliza al Consejo para legitimar y justificar la actuación de (su presidente Vladimir) Putin”.
La sesión extraordinaria del Consejo había sido convocada a última hora de la víspera por Rusia para denunciar la supuesta actividad de Estados Unidos en territorio de Ucrania para producir armas biológicas con fines militares.
Rusia pagará ‘alto precio’ si usa armas químicas
El embajador ruso, Vasili Nebenzia, tomó la palabra antes que su colega estadounidense para exponer lo que llamó “solo una pequeña parte” de la pruebas que su país dice tener: habló de treinta laboratorios “donde se realizan experimentos biológicos muy peligrosos” bajo supervisión del ministerio de Defensa de Estados Unidos.
Nebenzia dijo que en esos laboratorios se guardaban agentes patógenos que luego se diseminan por toda Europa por medio de animales, tanto vertebrados (aves y murciélagos) como invertebrados (pulgas y piojos), todo ello valiéndose de que Ucrania, por su situación en el centro de Europa, es una ruta migratoria por excelencia de numerosos animales.
La sesión transcurrió con un cruce de acusaciones repetidas entre Rusia y Estados Unidos; mientras que las tesis de Washington fueron apoyadas sin ambages por los países europeos del Consejo, el representante chino se mostró más cercano a Moscú, mientras que India se mantuvo equidistante entre las dos grandes potencias.