El año pasado, el gobernador de Texas, Greg Abbott, desplegó miles de efectivos de la Guardia Nacional en la frontera sur de Estados Unidos, comenzó a construir una nueva barrera fronteriza y arrestó a inmigrantes por presuntamente traspasar propiedad privada.
El gobernador republicano ha tomado la decisión de oponerse a las reformas migratorias del presidente demócrata Joe Biden, lo que le valió el respaldo del expresidente Donald Trump.
Pero mientras Abbott se postula para un tercer mandato en Texas, los candidatos conservadores que lo desafían en la campaña por la nominación republicana del 1 de marzo sostienen que todavía no es lo suficientemente severo ante la inmigración ilegal.
Allen West, un excongresista republicano, dice que Texas debería arrestar y deportar a los inmigrantes que ingresan ilegalmente a Estados Unidos, una potestad que los estados no tienen si el gobierno federal se niega a actuar. La “porosidad de la frontera” muestra cómo ha fallado el enfoque de Abbott, argumenta West.
Don Huffines, empresario y exsenador estatal, quiere cerrar los puentes de Texas con México a la mayoría del tráfico entrante y desplegar la totalidad de la Guardia Nacional del estado en la frontera.
La portavoz de Abbott, Renae Eze, rechazó las críticas al discurso sobre inmigración del gobernador y dijo que Texas se vio obligado a dar un paso al frente después de que Biden “abdicó” de sus responsabilidades para salvaguardar la frontera.
Si bien las encuestas de opinión muestran que Abbott tiene una ventaja considerable sobre West y Huffines, es probable que enfrente las primarias para gobernador más competitivas de su carrera.
Los ataques desde su flanco derecho muestran cómo incluso los republicanos más acérrimos sobre la migración enfrentan presiones cada vez más extremas sobre el asunto en el período previo a las elecciones.
Trump cambió la posición sobre inmigración del partido después de su exitosa campaña en 2016 prometiendo la construcción de un muro fronterizo y bloquear de la entrada de refugiados. El ciclo electoral actual muestra que la influencia de Trump persiste incluso después de perder la presidencia en 2020, y que algunos candidatos van incluso más allá.
“Ningún tema llama tanto la atención de los republicanos como lo hacen la inmigración y la seguridad fronteriza”, dijo James Henson, director del Proyecto de Política de Texas de la Universidad de Texas.
Los votantes de las primarias republicanas aparentemente tienen un “apetito ilimitado” por medidas de inmigración muy estrictas, agregó Henson.
PIDEN MÁS ACCIONES
Alrededor del 68% de los republicanos en Texas dicen que la seguridad fronteriza o la migración son los principales problemas del estado, según una encuesta de la Universidad de Texas de octubre de 2021. Y aunque los republicanos aprueban en su mayoría las políticas de inmigración de Abbott, según los sondeos, estos sugieren que quieren ver aún más medidas.
Las propuestas fronterizas más estrictas de los rivales de Abbott demuestran cómo los candidatos republicanos están tratando de superar a Trump en un tema que sigue siendo una poderosa demanda entre los votantes de las primarias del partido, a pesar de que los problemas económicos y la tensión sobre las políticas contra el Covid-19 dominan las noticias.
Y para los republicanos en primarias competitivas, una postura dura sobre la inmigración es una forma de diferenciarse sin correr el riesgo de una reacción violenta de los votantes, dijo Alex Conant, un estratega republicano.
Los republicanos de todo el país han hecho de la inmigración un foco importante de cara a las elecciones legislativas del 8 de noviembre, donde los demócratas corren el riesgo de perder el control del Congreso, lo que obstaculizaría la agenda legislativa de Biden.
Los candidatos pueden aprovechar la indignación de los votantes por el récord de intentos de cruzar la frontera y el costo de brindar servicios públicos a los inmigrantes, un mensaje amplificado por medios conservadores como Fox News.
Grupos de defensa liberales dicen que los republicanos están demonizando a los inmigrantes que llegan a Estados Unidos en busca de refugio, distorsionando los efectos económicos y tratando de capitalizar los temores xenófobos sobre el destino de la mayoría blanca del país.