Alemania necesitará de una inmigración a gran escala para evitar que una grave escasez de mano de obra socave su productividad y ponga en peligro el éxito de su transición energética, según declaró el ministro de Economía alemán, Robert Habeck.
“Hoy tenemos 300,000 puestos de trabajo vacantes y esperamos que la cifra aumente a un millón o más”, dijo en una conferencia de prensa.
“Si no cerramos esa brecha, tendremos verdaderos problemas de productividad”.
Aunque la mejora de la formación y la flexibilidad a la hora de compaginar el trabajo con la familia ayudarían frente a estos retos, una mayor inmigración será esencial “para (puestos de) ingenieros, para artesanos, para cuidadores. Tenemos que organizar esto”.